La familia atlética se despide de un «gran amigo»
Históricos jugadores colchoneros como Calleja, Ufarte, Luiz Pereira o Adelardo pasaron por la capilla ardiente para dar el último adiós a su compañero y compadre
Actualizado: GuardarLuis Aragonés transformó un estilo que no daba frutos para impulsar una nueva y exitosa era, con un juego alejado de la raza y que apelaba al buen gusto y al control del rival por medio del toque. Un fútbol moderno y dinámico. Pero en la despedida del ‘Sabio de Hortaleza’ en el tanatorio de La Paz, en la localidad madrileña de Tres Cantos, hubo más sabor a añejo, a clásicos, a ese fútbol que mamó ‘Zapatones’ desde que era un crío, que presencia de los tiempos modernos de los que también fue protagonista.
El ‘Abuelo’ -como le llamaba un Eto’o que echa de menos la sinceridad y franqueza de un técnico que siempre le fue de frente- vivió un fútbol de hombres, dentro y fuera del campo. Ése en el que los jugadores se partían la cara por sus compañeros sobre el césped y brindaban por la victoria o ahogaban sus penas tras la derrota con cerveza en un bar en el que se forjaban vínculos fraternales eternos más allá de camisetas y colores. Estos compañeros de vida son también los que le acompañaron en su adiós.
Las redes sociales sirvieron a muchos para dar el pésame a la familia y lamentar el fallecimiento del ya mito del deporte español -el deceso se convirtió en triste ‘trending topic’ en Twitter durante todo el día-. La jornada liguera en la que se hayan inmersos muchos de los que fueron sus pupilos y le acompañaron en sus éxitos con ‘La Roja’ les impidió acercarse para despedirse de Aragonés. Además, quisieron cumplir con el deseo de sus íntimos de pasar este amargo trago en la intimidad. De hecho, algunos de los numerosos aficionados atléticos que acudieron a la localidad madrileña preferían que la capilla ardiente se hubiera abierto en el Vicente Calderón (intención que también expresó el presidente cochonero, Enrique Cerezo, que desveló que en el nuevo estadio tendrá «su momento, su lugar y un sitio importante»), pero entendían perfectamente el anhelo de recogimiento de los seres más cercanos del exentrenador.
Sergio Ramos, al que Aragonés llevó a la selección -«Me hizo debutar muy joven y le estoy muy agradecido», admitió-, sí acudió al tanatorio (por la noche, también se acercaron Casillas, Xabi Alonso y Arbeloa), en donde recordó a una persona «muy alegre, muy directa, que siempre ayudaba» y al que reconoció como «el que inició la filosofía que caracteriza a España». «Tiene muchísimo mérito. Fue el que puso la primera piedra de todos estos años de éxitos», añadió el capitán del Madrid. «Se nos va un grande», concluyó.
Pero fue un día de recuerdos entre la amargura para los veteranos y, sobre todo, para los atléticos. Allí estuvieron históricos rojiblancos como Calleja, Ufarte, Rubio, San Román, Abel, Marina o Luiz Pereira, que destacó la calidad de Don Luis como entrenador pero, por encima de todo, resaltó que era «una persona maravillosa y encantadora». El eterno rival también estuvo representado por adversarios deportivos pero amigos personales como Zoco, o por Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, que puso al ‘Sabio de Hortaleza’ como «un ejemplo para las futuras generaciones por su honradez y su profesionalidad».
Y no faltó Adelardo. Compañero, pupilo, vecino. Más que familia, un hermano. El jugador que más veces ha vestido la elástica del club del Calderón, pese a que no olvidaba que Luis era «un líder», despedía con mucha pena a «un gran amigo».
Vicente del Bosque fue otro de los protagonistas del penoso peregrinar por la capilla ardiente. Señaló a su predecesor en el cargo como la luz que «marcó el camino de los éxitos de la selección española» y desveló que tuvo claro que cuando asumió la dirección del combinado nacional no quería «borrar ninguna huella de esos cuatro años magníficos».
Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE); el periodista José María García; el expiloto Ángel Nieto; el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal; y el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert -«Luis fue el punto de apoyo a partir del que el fútbol español cambia de época», dijo-, rindieron también un último homenaje a Aragonés.
Pero fue Ángel María Villar el que expresó uno de los mensajes más emotivos. «Le llevo en el corazón y le llevaré siempre, porque es un hombre de los nuestros, un gran profesional que, hasta cuando estaba durmiendo, se preocupaba y pensaba en este deporte», explicó un emocionado presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF).