Más 'amour pour l'Espagne' que amor por Francia
Un informe concluye que el 92% de los galos tienen buena imagen de nuestro país, mientras que nosotros le correspondemos con una aprobación quince puntos menor
MADRID Actualizado: Guardar'L'amour por l'Espagne' es casi total. Más de nueve de cada diez franceses valoran de forma positiva a sus vecinos del sur. Según un estudio del Real Instituto Elcano presentado ayer a la tarde en Madrid, en la cuna de la 'baguette' España se granjea la amistad del 92% de los habitantes del país. Por debajo de los Pirineos, donde ya parecen olvidadas aquellas disputas que acaban con las cajas de fruta aplastadas contra el asfalto, hay cariño pero no tanto. El informe asegura que correspondemos con una aprobación quince puntos menor, un 75%, una cifra que no está nada mal teniendo en cuenta los exabruptos con los que más de uno acostumbra a dirigirse a los galos.
El documento 'España-Francia: visiones mutuas' delata, por ejemplo, que a ambos lados de la frontera se coincide a la hora de definirse mutuamente -aunque con pequeños matices- como fuertes, en primer lugar; así como democráticos y trabajadores. Ser más religiosos que laicos (91% de la muestra), un tanto tradicionales (74%) o ser más emotivos que racionales son los principales males endémicos que asocian los franceses a los españoles. Estos últimos consideran que los primeros son un tanto egoístas (46%) y casi la mitad consideran que no son tan modernos.
Los franceses consideran que el Estado del Bienestar podría mejorar y por eso le conceden un aprobado justo. Elogian con un 6,5 de media la tolerancia hacia el colectivo LGTB, un debate muy vigente en la sociedad después de que la Asamblea Nacional aprobase hace unos meses el matrimonio homosexual. Al igual que Obama o la Comisión Europea, el tirón de orejas viene por el elevado paro juvenil. Por su parte, el Estado del Bienestar galo recibe un 7,1 de calificación y, entre las cosas que ponen los dientes largos a los encuestados españoles, es la jubilación a los 62 años y la jornada laboral de 35 horas semanales.
Lagarde y Le Pen, las más antipáticas
Los rostros más conocidos en Francia son Rafa Nadal (90%), Victoria Abril (88%), el Rey Juan Carlos I (86%) y Fernando Alonso (84%). El que más simpatía genera es el director manchego, Pedro Almodovar, ganador de un Oscar por 'Todo sobre mi madre' y al que parecen no perdonar su condena por dopaje es al ciclista Alberto Contador.
En el otro bando, parecen no cosechar excesiva simpatía ni Cristine Lagarde, directora ejecutiva del FMI; ni la ultraderechista Marine Le Pen, únicas personalidades que suspenden. El polémico actor Gerard DePardie, el exfutbolista Zinedine Zidane o el expresidente Nicolas Sarkozy son los que más suenan a los españoles. Eso sí, el actual inquilino del Elíseo, François Hollande, obtiene mejor nota que el marido de Carla Bruni con un 5,7 frente a un 5,3. El astro que militó al Real Madrid, y que ahora ejerce como asistente de Carlo Ancellotti, es el mejor valorado con un notable alto
Inditex es la firma nacional más recordada en ese territorio, doblando el número de respuestas conseguido por Seat. A partir de ahí, las marcas más conocidas son Desigual, Fagor, Mango o BBVA. El otro podio empresarial queda configurado por Carrefour al que acompañan Renault en el segundo cajón y Citroën y Peugoet, que empatan en tercer lugar.
Defensa de los caldos patrios
Si en los aspectos ideológicos se guardan distancias, no es así en la moda, donde hay una amplia mayoría en coincidir que los franceses son los mejores a la hora de confeccionar prendas. Un consenso que se rompe al hablar del vino: cada uno tira para su lado. Los padres del Chardonnay o Cabernet Franc se consideran los mejores en este aspecto mientras que los defensores de la profusa cultura enológica hispana afirman que los caldos patrios poco o nada tienen que envidiar.
Uno de cada cuatro franceses han comprado algo hecho en España en el último mes. Los españoles por su parte suben esta proporción hasta el 33%. La satisfacción es la nota general, aunque el precio de los productos galos reciben en el estudio un cinco sobre diez. Para ellos, el coste se acerca a una ganga y, por ello, ponen un 7,3 de media en este apartado.
La ecléctica composición del texto deja ver, por ejemplo, que el español es la segunda lengua extranjera más demanda en aquel país, tras el inglés. Un 40% de los encuestados lo estudia y un 45% asegura que le gustaría hacer. Guarismos que están muy por encima de la demanda del alemán. Una situación bastante parecida a lo que ocurre en España. Más de cinco de cada diez dicen estudiar o haber estudiado la conocida como 'lengua de la diplomacia', segunda más popular después de la lengua anglosajona.