Los Reyes saludan a Carlos de Borbón-Dos Sicilias, en un encuentro en 2012. / Zipi (Efe)
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Aspirante al 'trono' de Cristina

El Infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias ocupará el séptimo puesto en la sucesión en caso de renuncia de la duquesa de Palma

MADRID Actualizado: Guardar
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Aquella lluviosa mañana elegida para comenzar a escribir una página de la Historia de España, en la que el Príncipe de Asturias contrajo matrimonio con doña Letizia Ortiz Rocasolano, adquirió papel protagonista. Pocas veces se había visto en público, en primera línea, en un acto de la Familia Real, a don Carlos de Borbón-Dos Sicilias. Bien es cierto que había acudido a las bodas de las Infantas Elena y Cristina. También a los bautizos de los pequeños de la familia. A funerales. Pero siempre en un discretísimo segundo plano. El 22 de mayo de 2004 todo fue distinto. Y no porque se hubiera producido algún cambio, sino porque quien se casaba era el heredero de la Corona. Una boda de Estado con la que se daba el primer paso para asegurar la continuidad de la monarquía. Y ahí estaba él, donde le correspondía por estatus, abriendo el cortejo nuncial, en su condición -entonces- de noveno en la lista sucesoria al trono de España.

Tras él, ese día, la Infanta Margarita (hermana de don Juan Carlos) y su marido; las Infantas Cristina y Elena, con Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar del brazo; el Rey junto a su hermana mayor, la Infanta Pilar; y el novio con la madrina -léase el Príncipe Felipe y Doña Sofía-. El cortejo tendría que haberlo cerrado la que a punto estaba de convertirse en Princesa de Asturias, pero un buen chaparrón privó a Letizia del paseíllo entre el Palacio Real y la catedral de La Almudena por la plaza de la Armería. Pero eso es otra historia.

La de hoy es que don Carlos de Borbón-Dos Sicilias (Lausana, 1938) vuelve a ser protagonista ante la posibilidad de que la Infanta Cristina renuncie a sus derechos dinásticos. En ese supuesto, que cada vez toma más fuerza para así poner tierra de por medio entre el escándalo judicial del 'caso Nóos' y el núcleo duro de la Familia Real -formado por los Reyes y los Príncipes de Asturias y sus hijas-, don Carlos daría un salto de gigante y ascendería cinco puestos en la lista de sucesión, del duodécimo al séptimo que actualmente ocupa la duquesa de Palma. Su renuncia conllevaría la de sus cuatro hijos: Juan Valentín, Pablo Nicolás, Migue e Irene.

¿Quién es don Carlos de Borbón-Dos Sicilias? ¿Qué parentesco tiene con el Rey? ¿Por qué goza del honor de ocupar, tras los hijos de Don Juan Carlos y sus nietos, un lugar protagonista entre los elegidos a regir los designios del Reino? Es nieto de María de las Mercedes de Borbón, la única hija que conoció en vida Alfonso XII y que habría ascendido al trono en caso de que el hijo que estaba esperando la reina María Cristina no hubiera sido varón. Es, además, por rama de su abuelo, aspirante al trono de las Dos Sicilias con título de príncipe y duque de Calabria. Y, para rizar el rizo, su abuelo, tras enviudar de la hija de Alfonso XII, se casó con Luisa de Orleans. De ese matrimonio nació la que luego fuera madre de Don Juan Carlos, María de las Mercedes.

Pero a efectos de la Corona española, don Carlos de Borbón-Dos Sicilias es, desde 1994, por gracia del Rey, Infante de España. «Las circunstancias excepcionales que concurren en Su Alteza Real don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, como representante de una línea dinástica vinculada históricamente a la Corona española, constituyen razones por las que le juzgo digno de la merced y Dignidad de Infante de España», reza el Real Decreto 2412/1994 firmado por el monarca y por el entonces presidente del Gobierno, Felipe González.

Casarse con plebeyos

Casado con Ana de Orleans, es padre de cinco hijos, de los cuales tan solo la segunda, María de Borbón-Dos Sicilias, mantiene sus derechos dinásticos. Ahora, en el puesto decimotercero de una lista interminable en la que figuran los cabeza de las casas reales de Portugal, Liechtenstein, Luxemburgo o Bélgica. De hecho, el rey Alberto, que abdicó en verano pasado, ocupa el puesto 111 de la lista de sucesión al trono de España, por delante de su hijo Felipe, rey de los belgas. Un listado, por cierto, en el que la presencia de españoles brilla por su ausencia y en el que no aparecen las Infantas Pilar y Margarita, como tampoco el conde Lecquio por mucho que el ex de Ana Obregón lo cacaree de vez en cuando a los cuatro vientos.

Las hermanas del Rey perdieron sus derechos dinásticos al contraer matrimonio con plebeyos. Como suena. Ellas y sus descendientes. La causa hay que buscarla en la Pragmática Sanción de Carlos III que regulaba los matrimonios de la Casa Real española y que no fue derogada de facto hasta la Constitución de 1978. A partir de ahí, los miembros de la Familia Real tan solo precisan de la autorización del Rey para poder casarse sin perder sus derechos. No en vano, no hay que olvidar que la Infanta Cristina (a Doña Elena se le olvidó cumplir el trámite) antes de responder «sí quiero» a Iñaki Urdangarin se giró en el altar hacia su padre, a quien reverenció solicitando permiso, él accedió y ahí comenzó la historia de este matrimonio ahora señalado por la justicia. Un dedo acusador que está a punto de cambiar la línea sucesoria al trono de España.