España, a por el título que se le resiste
Dinamarca acoge el Campeonato de Europa, la más difícil competición del balonmano mundial
Actualizado: GuardarUn Campeonato de Europa son palabras mayores. Qué duda cabe que la repercusión mediática otorga al oro olímpico o mundialista un escalón por encima, pero deportivamente es el Europeo la competición por excelencia del balonmano. Es en Europa donde residen los mejores equipos del mundo, las mejores selecciones y quienes han copado todos y cada uno de los puestos del podio de las distintas competiciones internacionales. Así pues, en el Campeonato de Europa se dan cita las 16 mejores selecciones, que es tanto como decir las mejores del mundo. No hay rival pequeño. No hay peritas en dulce. No hay momento para la relajación. En todos los partidos hay que poner los cinco sentidos si las aspiraciones van más allá del mero hecho de competir.Y para ejemplo un botón. Alemania, que posee la liga más poderosa del mundo, se ha quedado fuera de esta competición, lo mismo que Eslovenia o Rumanía, países con gran tradición de balonmano.
Cuatro grupos de cuatro equipos cada uno, con la clasificacion de los tres primeros para la siguiente fase de dos grupos, pero arrastrando los puntos logrados frente a las selecciones clasificadas, es una fórmula de competición que penaliza sobremanera cualquier despiste en la primera fase, en la toma de contacto con el torneo. Después, los dos primeros de cada grupo se enfrentan en semifinales. En total ocho partidos en quince días, del 12 al 26 de enero, es un esfuerzo sobrehumano que solo los mejores equipos son capaces de aguantar para ganar la gloria.
España ha quedado encuadrada en el Grupo B, quizás el más duro y complicado, con Hungría, Noruega e Islandia. Y en los cruces lo hará frente a los rivales del Grupo A, formado por Dinamarca, República Checa, Macedonia y Austria. Así pues, es más que probable que españoles y daneses se enfrenten en la lucha por liderar la segunda fase de la competición. En los otros dos grupos, Francia jugará junto a Serbia, Polonia y Rusia, un grupo donde las sorpresas pueden saltar en cualquier momento, mientras que, a priori, Croacia tendrá unos rivales más asequibles con Suecia, Bielorrusia y Montenegro.
Los aspirantes
España parte como clara favorita. Su condición de campeona del mundo le da ese derecho. Y además la historia le avala. En 2005, España se proclamó también campeona del mundo en Túnez, y en el siguiente Europeo, en Suiza, solo claudicó en la final frente a la mejor Francia de todos los tiempos. Así pues los hombres que ahora dirige Manolo Cadenas parten como aspirantes a luchar por el oro de una competición que se le resiste al combinado español. Tres platas y un bronce son un bagaje histórico suficiente para completarlo ahora con una presea dorada. Será la primera gran competición con la ausencia de Alberto Entrerríos. Tampoco estará Sterbik y la aportación de Aguinagalde es todavía una incógnita. Sin duda son tres pilares básicos en los esquemas de la selección, que Manolo Cadenas tratará de amortiguar con un mayor protagonismo de Raúl Entrerríos como director de juego, la presencia de Sierra y Gonzalo de Vargas en la portería, y la de Andreu en el pivote.
Y el otro gran rival será, sin duda, el anfitrión. Dinamarca fue humillada en la final del Mundial de Barcelona y aspira a resarcirse de tan deplorable actuación. Además, los daneses son expertos en esta competición donde acumulan nada menos que dos títulos (2008 y 2012) y tres bronces. El hecho de jugar en su cancha, ante su enfervorizado público y con la habitual connivencia de los colegiados, le otorga a Dinamarca muchas papeletas para luchar por el oro. Una vez más será Mikel Hansen quien lidere el conjunto vikingo, bajo las órdenes del soberbio Wiblek, el mismo técnico que no quiso pasar por la rueda de prensa tras la final mundialista del 2013. Una de las ausencias danesas es Markussen, lesionado en el tendón de Aquiles. El resto serán prácticamente los mismos que perdieron el oro en Barcelona. En esta competición nadie se quiere quedar de comparsa y son muchas las selecciones que quieren aumentar su palmarés y presentan sus credenciales con equipos muy fuertes y con una excelente trayectoria.
Francia, pese a la renovación generacional, siempre se muestra temible. Karabatic, Narcisse, Sorhaindo, Abaló, Accambray y Guigou, conforman un excelente equipo, pero después los cambios provienen en su mayoría de novatos en la selección cuyo rendimiento baja muchos enteros. Las ausencias de Barachet, Bertrand Gille y las más que probables de Jerome Fernández y Omeyer, sin duda restan enteros a la selección gala en una competición que exige tanto esfuerzo continuado.
Croacia es siempre favorita. No se ha bajado del podio en las tres últimas grandes citas internacionales, aunque siempre en el tercer escalón. La generación del espectacular Duvnjak, con Cupic, Strlek o el portero Alilovic necesitan confirmar su calidad con algún título. Con la inestimable colaboración del veterano Vori y las órdenes del técnico Goluza volverán a intentarlo en tierras vikingas.
Y a partir de aquí, un nutrido grupo de equipos podría dar la sorpresa y colarse en la lucha por las medallas. Son los ‘outsiders’ capaces de lo mejor y de lo peor, caracterizados por una irregularidad que lastra su rendimiento en las grandes citas. Tal es el caso de Hungría, que cuenta con la ausencia de Laszlo Nagy, que a pesar de no tener que ser operado de la rodilla, deberá permanecer en reposo y no llegará a tiempo. El combinado magiar ha ganado muchos enteros con Lajos Mocsai en el banquillo y se ha convertido en una selección temible, pero le falta hacer un torneo completo para aspirar a las medallas.
En el mismo caso podría incluirse a Polonia, con un espectacular plantel de jugadores que no acaban de rematar la faena en las grandes citas, pero que son capaces de arruinar la competición a más de uno. Rusia es otro de esos ejemplos claros de irregularidad, con una generación de jugadores que siempre se ha quedado a las puertas de todas las grandes citas de los últimos años. Islandia, sin Steffanson ni Petersen y con la duda Valur Sigursson, siempre se muestra rocosa y complicada de ganar por su fuerte defensa.
Y luego están selecciones como Suecia, que sin Kim Anderson, pierde muchas opciones de llegar a las medallas, igual que la Macedonia de Lazarov, pese a la notable mejoría de su bloque. Otro tanto sucede con la sorprendente Montenegro, la República Checa de Jicha, la actual subcampeona Serbia a la que ya no le arbitrarán igual que en ‘su’ Europeo, la voluntariosa Bielorrusia o Austria, que parece destinada a ser la cenicienta del Europeo.