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Año nuevo, calendario nuevo
El hombre lleva haciendo uso de este sistema para medir el tiempo al menos desde hace 10.000 años
MADRID Actualizado: GuardarLos últimos días de diciembre y primeros de enero son el escenario de una carrera para hacerse con un calendario del año que entra. Son la herramienta perfecta para apuntar días libres, cumpleaños, aniversarios de boda o cualquier otra fecha destacada.
Actualmente, Occidente y la mayor parte del mundo se rige por el calendario gregoriano, al que se llegó tras un largo recorrido por la historia. El primer sistema de medición del tiempo que se conoce data del año 8.000 a. C. fue descubierto en un monumento mesolítico de Aberdeenshire (Escocia). Se trata de una serie de marcas que reflejan los estadios del Sol y la Luna. En una sociedad aún de cazadores-recolectores, que desconocía la agricultura y la ganadería, lo más probable es que lo usasen para saber cuándo podían acceder a distintas presas y alimentos.
No sería hasta hace 5.000 años cuando el calendario se hiciera en Mesopotamia de uso común. Era de 12 meses y 354 días, cada mes tenía 29,5 días, los que tarda la Luna en cumplir un ciclo.
El primero solar se creó en el Egipto de los faraones. Se distribuía en 12 meses de 30 días, con un total de 360. Conocedores del desvío que existía, los egipcios añadían cinco días al final de año en honor de sus dioses. En una civilización cuya subsistencia dependía de las crecidas del Nilo, saber en qué mes se encontraban resultaba esencial.
La evolución del calendario continuó con Julio César, cuyo sistema se mantuvo vigente en Occidente durante quince siglos. El mandatario romano encargó su elaboración a Sosígenes de Alejandría. Casi sin instrumental, el sabio fijó la duración del año en 356 días y 6 horas. Eso sí, luego Julio César puso su sello. Le atribuyó un día más al mes en su honor, julio. Su sucesor, Octavio Augusto, hizo lo propio con agosto y en ambos casos el perjudicado fue febrero, que a modo de consolación recibió el 29 del año bisiesto.
En 1582 el Papa Gregorio XIII ordenó una revisión. Uno de los efectos fue que al 4 de octubre de ese año le sucedió el 15 de octubre con el fin de ajustar el equinoccio de primavera, y con él las estaciones. Este calendario fue aceptado de inmediato por los países católicos. Pero, por ejemplo, la Gran Bretaña luterana no lo hizo hasta 1752. Por eso se da el caso de que aunque Cervantes y Shakespeare murieron la misma jornada de 1616, el autor del Quijote falleció un 23 de abril y el de Hamlet un 3 de mayo, según sus respectivos calendarios.
El Gregoriano es el calendario más usado en el mundo, pero hay muchos otros. En el mundo islámico estamos en el año 1435. Y en China el año de la serpiente está próximo a dejar paso al del caballo.