Tarrés, durante una rueda de prensa. / Juan Carlos Hidalgo (Efe)
Natación Sincronizada

La Justicia insiste en dar la razón a Anna Tarrés

La Federación Española de Natación recurrirá al Tribunal Supremo en el caso sobre el despido de la seleccionadora de natación sincronizada

MADRID Actualizado: Guardar
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El 6 de septiembre de 2012 la carrera de Anna Tarrés como entrenador de la selección de natación sincronizada se quebró de manera abrupta. La Federación Española de Natación (RFEN) comunicó a la catalana que no renovaría el contrato por «razones estrictamente profesionales y de política deportiva». Sin embargo, la preparadora interpuso una denuncia por despido procedente que aceptó en primera instancia el juzgado de lo social de Terrasa el 30 de mayo de 2013. La decisión fue recurrida por la RFEN, pero el 20 de diciembre de 2013 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña insistió en declarar nulo el despido disciplinario, con la correspondiente indemnización de 383.000 euros.

Sin embargo, la RFEN anunció que recurrirán al Tribunal Supremo porque aunque respetan la decisión pero no la comparten. De hecho, la federación aseguró en un comunicado que «un año después del ‘despido disciplinario’ (..) obraría del mismo modo, sobre todo al haber contrastado en su día prácticas extradeportivas e inaceptables». La polémica por la relación entre la preparadora y el reciente presidente de la RFEN, Fernando Carpena, se avivó cuando después del despido se hizo pública una carta firmada por 22 nadadoras que denunciaba «un método peligroso y perverso». Además, la institución argumentó que Tarrés se aprovechó de su situación para gestionar recursos económicos que no la correspondían y a través de presiones a nadadoras que han declarado en el juicio que fueron presionadas para firmar con una agencia de patrocinio señalada por la preparadora.

En su día Tarrés se defendió de las críticas con el argumento de que el paso desde el desierto deportivo hasta sus 55 medallas había llegado gracias a su método exigente. Denunció un complot orquestado por el presidente, desmintió algunas de las críticas sobre vejaciones, aseguró no recordar algunas otras y escribió un libro para dar su versión. «Yo no he insultado absolutamente a nadie, lo nuestro era una relación basada en la confianza, una relación familiar donde los pocos que hemos estado en la sincronizada nos hemos cuidado al máximo. Lo único se ha hecho es poner límites, exigir respeto, perfección y un trabajo digno para lo que se ofrecía a cambio», explicó en declaraciones a COLPISA. Después de participar como jurado en un concurso de televisión volvió a entrenar en el club Kallipolis, en las que se mantiene desde enero. Mientras, la selección de natación sincronizada preparó los Mundiales de Natación de Barcelona, en los que logró medallas en todas las modalidades. Fuera de las piscinas, por el momento, la Justicia le ha vuelto a dar la a Tarrés razón en lo referente a su despido.