El director del Teatro Real junto a la réplica del Packard Lebaron. / Efe
curiosas piezas

El Teatro Real recupera 50.000 euros en su almoneda

La histórica sala ha acogido una subasta de más de mil piezas de atrezzo de diferentes obras

MADRID Actualizado: Guardar
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"Adjudicado en 7.800 euros". Suena el martillo y el Packard Lebaron de 1930 de pega fabricado por la utilería del Teatro Real para las representaciones de 'Don Giovanni' ya tiene dueño. Es una señora de Córdoba que pujó en la sala por un buen puñado del millar largo de piezas de atrezo que el Real sacó a subasta en tarde-noche del jueves. Un almoneda que fue todo un éxito y dejó en las necesitadas arcas del coliseo lírico más de 50.000 euros, aunque las estimación más optimistas cifraban la venta en 80.000.

Lo que quedó claro es que vestidos, disfraces, objetos de decoración, complementos de vestuario y los más diversos archiperres creados para la escena tienen una segunda vida. Salieron a subasta 400 lotes procedentes de 31 óperas de los que se vendieron 285. Los responsables del Real juzgan la experiencia como "muy positiva" y tratan ya de buscar otras salidas para los objetos no vendidos y mejorar futuras ventas.

Los 50.000 euros recaudados se destinarán a los proyectos sociales del Teatro Real, bien a su programa pedagógico, al de universidades o al de amortización de los descuentos de entradas de jóvenes, ya que la recaudación del remate supone una nimiedad en comparación los abultados presupuesto que exigen las grandes producciones operísticas que recalan en el teatro.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de la dama cordobesa que se llevó la pieza estelar de la subasta, la primera celebrada en esta gran casa de la ópera que lograba colocar más de la mitad de las piezas en una intensa velada que debía durar una hora y que se alargó más de tres, dejando exhaustos a los organizadores y buena parte de los participantes.

Ente los más de 1.100 objetos subastados había vestidos, máscaras, corbatas, tocados o pelucas. Muchos de ellos fueron para la flamante dueña del Packard Lebaron, copia de un lujoso automóvil de 1930 que supuso algo menos de la mitad de la inversión de esta gran aficionada a la ópera que se gastó casi 20.000 euros y se convirtió el alma de la noche al adquirir recuerdos de muchas de las representaciones que había presenciado

Huesos y ataúdes

Mucho menos pagó el comprador más joven en la sala por otros dos vehículos. Y es que un crío de apenas diez años adquirió por 800 y 900 euros, dos de los coches de choque que también se usaron en 'Don Giovanni'. Por un velocípedo y una góndola del mismo montaje se pagaron 550 y 430 euros. Se cubrieron los 400 del carromato de 'Las Golondrinas' y un anticuario se hizo por 95 euros con un pequeño ataúd infantil y unos crucifijos de la ópera 'Margarita La Tornera'. Por un saco de huesos del mismo montaje se pagaron 75 euros.

Aunque el precio era mucho más bajo que los de los automóviles, suscitó un notable interés la espada mágica de 'Merlín', adquirida por un aficionado por 170 euros tras una dura puja. No hubo compradores para el vestido de 'Ginevra', de la misma ópera por el que se pedían 2.800 euros, ni nadie quiso pagar 1.500 por el de 'Morgana' ni pujar por la capa del Rey Arturo.

Si se vendieron las veinte piezas de 'El amor de las tres naranjas' que incluía un lote de camisetas de rejilla y vestidos y abrigos que duplicaron el precio de salida. También hubo dura competencia por las máscaras, muy habituales en la escena operística. Se subastaron más de un centenar y toda encontraron nuevo dueño, y eso algunas duplicaron e incluso cuadriplicaron su precio de salida posando de de los 100 a los 300 o 400 euros. Por la cama que apareció en la ópera 'Macbeth', representada en 2004 se pagaron 350 euros y 130 euros por cada uno de los chales que el fallecido Jesús del Pozo diseñó para 'Carmen', cuando su precio de salida era de 40 euros.

En los días previos a la subasta se registraron 600 pujas por teléfono o internet, y hasta 40.000 personas se llegaron hasta el teatro para recorrer los distintos espacio en los que se mostraban los objetos subastados