Jesé celebra con sus compañeros un gol en Mestalla. / José Jordán (AFP)
FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Jesé rescata a un frágil Real Madrid

Los blancos encajaron dos goles de cabeza en los que quedó retratado Sergio Ramos, pero se salvaron ante un gran Valencia gracias al delantero canterano

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Tuvo que ser un canterano quien rescatase al Real Madrid cuando a los blancos se les escapaba sin remedio el tren de la Liga antes de terminar la primera vuelta. Es lo que tienen futbolistas del talento, el atrevimiento y la potencia de Jesé, un delantero enorme que no deja de progresar y, mientras Benzema estaba negado, surgió en el mejor momento para reivindicarse y salvar a su equipo de un empate que habría significado casi una derrota. Al final, por encima del ánimo, muchísimas veces lo que manda es la calidad, y Jesé destila clase a raudales. Ante la gris actuación de las estrellas, Carlo Ancelotti tuvo que recurrir a la desesperada a Jesé y el canario, tocado con una varita mágica, respondió como los grandes. El Madrid tiene que agradecerle unas vacaciones tranquilas cuando un gran Valencia, entusiasta, rebelde y convincente, soñaba con castigar con un punto el mal partido de los blancos.

Sólo diez minutos de saltar al terreno de juego, Jesé aprovechó un pase genial de Modric y, con la ayuda de Guaita, propició el sufrido triunfo del Madrid, que volvió a mostrar una preocupante debilidad defensiva, para dejarse empatar en un par de ocasiones por un Valencia que se benefició de la falta de fútbol y de contundencia de los blancos en ataque, pero especialmente, atrás, con dos goles encajados de cabeza. La víctima principal en el juego aéreo fue Sergio Ramos, a quien retrataron Piatti y Mathieu en dos acciones que reactivaron al Valencia y a Mestalla, donde, hasta que salió Jesé, el Madrid fue incapaz de cerrar un intenso duelo que se le puso de cara en el descanso pero se le complicó por su fragilidad.

Sin fútbol, eficacia ni fondo físico, el Madrid se fue muriendo ante un Valencia valiente y por momentos poderoso, espoleado por un público que vio una oportunidad inmejorable para romper la mala racha de su equipo en Mestalla ante los blancos. Sin embargo, es lo que tiene el Madrid. Que dispone de tanta dinamita arriba que no se le puede dar la mínima opción, sobre todo cuando está con la soga al cuello y parece moribundo. No ofreció buenos síntomas este desconcertado y desconcertante Madrid que sigue dando bandazos y acabó agotado, pero al menos fue capaz de solventar un duelo realmente comprometido, en el que se comprobó que los futbolistas necesitan descanso y, ante todo, juego colectivo.

El Madrid vive de sus individualidades, y cuando Cristiano no funciona el Madrid se suele hundir, con tanta dependencia como tiene de su crack. En esta ocasión le tocó responder a Jesé y a un jugador que, en el punto de mira de la afición, también quiso reivindicarse, aprovechando la baja de Bale. El argentino que presiona con marcharse si no tiene minutos marcó un gol y dio una asistencia que culminó en fuera de juego del goleador portugués, después desaparecido, mientras el equipo blanquinegro no dejaba de crecer ante el mal momento del conjunto de Ancelotti. Sin embargo, cuando el choque entró en la fase de ida y vuelta del segundo tiempo, triunfó el que se preveía. Pero el Madrid vive está viviendo en el alambre.