Urdangarin también intentó involucrar en sus negocios al Príncipe
Torres aporta una nueva hornada de correos que apunta contra el heredero y el asesor legal del Rey
MADRID Actualizado: GuardarNuevo ataque a la Familia Real con correos electrónicos como munición. Primero fue Iñaki Urdangarin. Luego la infanta, su secretario personal y el asesor legal del Rey. Más tarde, el propio jefe del Estado. Y ahora Diego Torres, por primera vez, apunta con sus mensajes contra el Príncipe de Asturias. El exsocio del duque de Palma, aprovechado su escrito en respuesta a la consulta del juez José Castro de si debe o no imputar a Cristina de Borbón, ha entregado una nueva tanda de correos electrónicos comprometedores, cuyo objetivo es don Felipe y, de paso, doña Letizia.
En el primero de estos 'email', Urdangarin se dirige a su cuñado el 10 de junio de 2003, cuando el duque ya trabaja en Noos Consultoría Estratégica, el embrión del Instituto Nóos, la fundación que sirvió para desviar a bolsillos privados millones de euros públicos. En esa comunicación, Urdangarin pide al Príncipe que busque la posibilidad de encontrarse ese mismo mes con su amigo íntimo Joaquim Boixareu, el empresario catalán que estuvo imputado en este caso por haber constituido la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, la asociación de niños discapacitados que Urdangarin creó cuando Zarzuela le ordenó abandonar Nóos y que acabó cometiendo también todo tipo de irregularidades.
«Felipe ¿qué tal? Cómo te va la vida. Yo aquí ganándome el jornal», comienza el mensaje en el que Urdangarin pretende que su cuñado se encuentre en Moscú con el empresario para tratar de un tema que no se desvela en la misiva. Todo ello aprovechando que el Príncipe de Asturias tiene previsto un viaje oficial para inaugurar una feria organizada por el Instituto Español de Comercio Exterior en la capital rusa. «Seguramente, él (Boixareu) deba ir por esas fechas y miraría de combinarlo para ver si os veis en Moscú. Coméntame algo, please», le pide el duque tras recordarle que don Felipe había coincidido con el empresario catalán en unas recientes vacaciones de esquí en Baqueira.
No es este el único correo aireado en esta tanda por Torres contra el Príncipe. El exsocio reproduce otro correo recuperado de los servidores de Nóos para tratar de demostrar que don Felipe y doña Letizia no dijeron toda la verdad cuando anunciaron el 24 de marzo de 2004 que, tras los atentados del 11-M y por respeto a las víctimas, suspendían su despedida de solteros. En ese mensaje, datado el 13 de abril de 2004, tres semanas después del anuncio de la suspensión, Urdangarin, que al parecer tiene encomendada algún tipo de tarea en esa fiesta, envía a un tercero un archivo adjunto con «lista provisional para la despedida de D. Felipe», en la que figuran los nombres de personas confirmadas y no confirmadas para la cita, que aparentemente sigue en pie.
De nuevo, el conde
La nueva ofensiva de Torres incluye, una vez más, a Manuel Romero, conde de Fontao, el asesor legal del Rey, al que la Zarzuela, supuestamente, encomendó la tarea de apartar a Urdangarin de Nóos. En esa misiva, fechada el 14 de marzo de 2006, el hombre de confianza del Rey da instrucciones precisas para «desvincular» a Urdangarin del instituto bajo sospecha, pero al mismo tiempo da las pautas para ocultar al duque en la nueva fundación, dejando claro que deben ser otros los que «propongan invitar al duque de Palma para que asuma la presidencia de dicha fundación».
En la nueva hornada de documentos comprometedores para la Zarzuela de Torres hay, entre otros papeles, un documento del Instituto Nóos que demuestra que el marido de la infanta cobraba a sus propios guardaespaldas. En esa factura costa el cobro de 243 euros de parking a la Comisaría Especial de Seguridad de la Casa Real por el estacionamiento del vehículo de los escoltas de Urdangarin entre los meses de diciembre y marzo de 2006 en las plazas de la fundación.
Y una carta de octubre de 2004, con copia a Urdangarin y Cristina de Borbón, supuestamente remitida por Carlos García Revenga, secretario personal de las infantas, al editor de un influyente periódico catalán pidiéndole que informe de la compra del palacete de Pedralbes «como algo natural con los riesgos de endeudarse que tienen las parejas jóvenes de hoy», amén de «presentar como algo positivo que los duques de Palma fijen su residencia en Barcelona».