Juan Carlos se lamenta tras una ocasión fallada. / Paco Puentes (EFE)
FÚTBOL | LIGA EUROPA

El Betis no levanta cabeza en el debut de Garrido en el Villamarín

El equipo sevillano, en un partido horrible, es incapaz de derrotar a un Rijeka ya eliminado y da un preocupante paso atrás ante un Villamarín harto

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El debut de Juan Carlos Garrido en el Benito Villamarín, con una afición que no se cansó de abuchear al Betis por su horrible partido, se saldó con un decepcionante empate ante el ya eliminado Rijeka, cuando el equipo sevillano aspiraba a sellar su pasaporte a dieciseisavos como primero de grupo, aunque para ello no sólo estaba obligado a ganar, sino que necesitaba que el Lyon no triunfase en Guimaraes. Se tuvo que conformar el Betis con la segunda plaza, con una insulsa igualada sin goles, en una demostración más de su ausencia de efectividad en ataque, pero en esta ocasión acompañada por numerosos despistes defensivos y un pésimo fútbol. El colista de la Liga concedió demasiadas ocasiones al Rijeka y fue incapaz de marcar un gol a los croatas, que pusieron en evidencia a una zaga demasiado endeble, a la que salvó en el marcador la ineficacia de los visitantes, aunque ello no impidió las continuas pitadas de un Villamarín harto de los suyos.

A pesar de la victoria copera ante el Lleida en el estreno de Garrido, no es que el Betis no haya mejorado tras el despido de Pepe Mel, sino que va a peor, con un equipo que no funciona y que no sólo debe achacar su situación a la ausencia de gol (ha cerrado la primera fase de la Liga Europa con sólo tres tantos). Antes el Betis jugaba bien y, a veces muy bien, aunque no le acompañasen los resultados, pero ahora ha dado un muy preocupante paso atrás. El técnico valenciano tiene una papeleta muy complicada para cambiar la peligrosa dinámica en la que ha entrado este Betis, que no levanta cabeza, aunque al menos ya tenía asegurado el pase antes de cerrar la fase de grupos.

En un encuentro para olvidar, aunque quedará en la memoria de unos seguidores que ya están más que desencantados con la situación de los suyos y que se acordó en muchos momentos de Pepe Mel, el Betis se comportó como un equipo muy pobre, sin coordinación, perdido en el campo, y nulo en ataque. Una muestra de su incapacidad fue la ocasión malograda por Chuli poco después de la lesión de tobillo de Xavi Torres, sustituido por un Rubén Castro también desaparecido. Chuli, sin clase, se encontró solo ante el portero y no pudo rematar peor. Un despropósito. Como el del Betis en general.