Miles de personas han salido a la calle en Sudáfrica en recuerdo de Mandela. / Afp | Vídeo: Atlas
el último héroe del siglo XX

Flores y lágrimas en la casa de Nelson Mandela

Desde Pekín a Nueva York, pasando por Londres o París, gente anónima ha rendido un homenaje al héroe que demostró que "un hombre puede cambiar el mundo"

MADRID Actualizado: Guardar
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El cruce de la calle 4 con la 12 del barrio de Hougthon, donde se ubica la casa en la que vivió y murió Nelson Mandela, se encuentra cubierta de flores, velas y mensajes, una montaña de pequeños homenajes personales dejados por ciudadanos que celebran y extrañan a Madiba. El entorno de la vivienda, acordonada fuertemente por la Policía, es una canción permanente entonada por decenas de personas que bailan y tocan tambores en honor al expresidente sudafricano, fallecido el pasado jueves a los 95 años de edad.

La tristeza ha sido sustituida por agradecimiento, los lamentos por gritos de exaltación, y las lágrimas por sonrisas de respeto hacia todo lo que consiguió. "Él nos liberó, solo podemos recordarle con alegría", comenta una mujer negra que, gracias a la lucha que dignificó a Mandela, hoy no tiene problemas para mezclarse con los blancos en un barrio de blancos adinerados. "De la oscuridad nos llevó a la luz; de la muerte a la inmortalidad; de la mentira a la verdad", agradece uno de los mensajes escritos frente a la puerta del "hijo de la tierra en la tierra del sol".

El féretro con los restos del expresidente sudafricano desfilará la próxima semana por las calles de la capital de Sudáfrica, Pretoria. Ese desfile tendrá lugar durante tres días, del 11 al 13 de diciembre, cuando el cuerpo de Mandela, que falleció el jueves a los 95 años en su residencia de Johannesburgo, reposará en una capilla ardiente instalada en los Union Buildings, la sede del Gobierno sudafricano.

Según ha explicado Neo Nomodu, directora de la Oficina de Comunicación e Información del Ejecutivo (GCIS), las rutas del féretro se harán públicas "cada mañana, cuando los restos salgan de la morgue hacia la capilla ardiente". El acceso a la capilla ardiente será controlado a través de acreditaciones y los ciudadanos tendrán que usar un autobús oficial para acceder al velatorio en la sede del Gobierno, donde no se les permitirá entrar con cámaras, ha puntualizado Momodu.

El funeral de Estado por Mandela se celebrará el 15 de diciembre en Qunu (sureste del país), la localidad donde vivió su infancia, según informó ayer el presidente sudafricano, Jacob Zuma. De esta forma, el que fuera el preso político más famoso del mundo cumplirá su deseo de descansar en Qunu junto a su familia. Previamente, el 10 de diciembre, tendrá lugar en el FNB Stadium (antes conocido como Soccer City) de Soweto (Johannesburgo) un oficio religioso por el expresidente.

Luto mundial

Mientras tanto, desde Pekín a Nueva York, pasando por Londres o París, gente anónima ha rendido un homenaje al héroe que demostró que "un hombre puede cambiar el mundo". En los confines de China, en la provincia central de Hunan, estudiantes depositaron flores ante una foto del primer presidente negro sudafricano en el campus de Hengyang. En Francia, en un colegio de las afueras de París bautizado Nelson Mandela, los profesores hablaron de su desaparición "con los alumnos que no hablan de otra cosas desde esta mañana", dijo el director adjunto del establecimiento Xavier Houdot. "Este tiempo de intercambios concluyó con un minuto de aplausos", contó.

En la mayoría de los casos, han sido las embajadas sudafricanas las que sirvieron de lugar de recogimiento como en Pekín, donde inmensas coronas de flores flanqueaban dos inmensos retratos en negro y blanco del infatigable luchador por la justicia, muerto el jueves a los 95 años.

En Londres, ante la embajada que sirvió de punto de encuentro durante años de los opositores del régimen racista del apartheid, sudafricanos de todos los orígenes, entonaron un canto tradicional. Mandela "evitó una guerra civil en Sudáfrica a principios de los años 90, y pienso que logró esta hazaña gracias a su capacidad para perdonar y olvidar el pasado por el bien del país", dice Shiraaz, uno de los sudafricanos que danza y canta."Hoy, ¡hay tantos sectores donde se puede seguir su ejemplo!, exclama.

Centenares de personas, algunas envueltas en pañuelos con los colores del país, hacen fila en el frío para firmar un libro de condolencias, en el que el primer ministro David Cameron rindió un homenaje un poco antes al "hacedor de paz". Los mensajes también se acumulan en la acera frente a la embajada. "El padre de África", se puede leer en una foto enmarcada de Mandela. "Gracias por los sacrificios que hizo por nosotros", escribió otro desconocido. En el Parliament Square donde se erige una estatua de bronce de Mandela frente al parlamento, otro anónimos rinde homenaje al que "mostró al planeta que un hombre puede cambiar el mundo".

«Es leyenda»

"Nelson Mandela es probablemente la única persona que puede ser calificada con toda justicia de leyenda por todo lo que ha hecho. Logró unir a un pueblo profundamente dividido", dice a la AFP Harry, un habitante de Edimburgo (Escocia). "Mi momento preferido fue en la Copa del Mundo de Rugby en 1995 cuando Mandela entregó el trofeo (a los Springboks) vistiendo la camiseta del equipo sudafricano. Es un momento que inspiró a cualquiera, independientemente de sus orígenes", estima. Maeve, de Johannesburgo, que trata de contener las lágrimas, admiraba al hombre "lleno de amor y perdón". "No puedo imaginar a nadie que pueda igualar un día su estatura. Fue único en su género", dice. El sábado, los estadios de fútbol de la Premier League observarán un minuto de silencio en homenaje a Mandela, el hombre que utilizó al deporte para dejar KO al apartheid, el régimen segregacionista.

En Ucrania, donde la oposición reclama la salida del presidente Viktor Yanukovich tras su marcha atrás a la integración europea por presiones de Rusia, un manifestante de 58 años, homenajea a Mandela, "símbolo de democracia y de igualdad entre todas las naciones y todas las razas". "Fue un gran personaje, nosotros le respetamos". En Canberra, desconocidos depositaron flores en el césped de la embajada sudafricana. Al igual que en Bruselas. En Nueva Zelanda, el museo de la guerra de Auckland se vistió con los colores de Sudáfrica: verde, rojo, azul, amarillo, negro y blanco. En Nueva York, en el Times Square, en las pantallas luminosas mensajes anunciaban la muerte de un "hombre verdaderamente grande". Y en París, el ministerio de Relaciones Exteriores desplegó una impresionante foto de un sonriente Mandela, que saludaba con la mano.