Mandela ha recibido la visita de Bill Clinton. / Peter Morey (Afp)
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Dos mil pensamientos de un líder global

El libro 'Nelson Mandela por sí mismo' recoge las citas más inspiradoras del premio Nobel

MADRID Actualizado: Guardar
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Nelson Mandela fue un hombre sin identidad. No se podía decir su nombre ni en susurros. Durante cuarenta años, una de las figuras políticas, sociales e intelectuales más importantes del siglo XX fue un caballero sin voz. La legislación sudafricana prohibía citar a cualquier persona que estaba encarcelada o vetada. Mejor dicho: el régimen del apartheid impedía por todos los medios que los líderes negros alzasen la voz contra la bota que oprimía a millones de sudafricanos que vivían en la más absoluta pobreza. Solo había una excepción a esta normativa: los juicios. Y Mandela, magistral orador donde los hubiere, utilizaba esa tribuna para expresar la situación opresiva de millones de compatriotas. Un ejemplo de esta situación fue el juicio de Rivonia de 1964. Mandela, junto a otros nueve líderes del Congreso Nacional Africano (CNA), fue acusado y condenado por más de 200 actos de sabotaje.

Mandela usó este juicio para dejar claro parte de su discurso: «Durante mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano. He batallado contra la dominación blanca y también contra la dominación negra. He albergado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas convivan en armonía y en igualdad de oportunidades. Es un ideal que tengo la esperanza de alcanzar en vida. Pero, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto morir». Solo es una muestra de lo que Mandela pudo decir antes del 12 de junio de 1964. A partir de ese día, su voz se apagó, aunque no su compromiso. Mandela, el preso 46664 de Robben Island, siguió escribiendo, pasando cartas a sus seguidores. Hasta que el 11 de febrero de 1990, el liberado 'Madiva' volvió a rugir. «Os saludo en nombre de la paz, la democracia y la libertad para todos. Me presento ante vosotros no como un profeta sino como un humilde servidor vuestro, el pueblo», dijo entonces Mandela.

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Ahora, las principales ideas, sentencias y pensamientos de este Nobel de la Paz que cumple 94 años este miércoles quedan reflejadas en 'Nelson Mandela por sí mismo' (Plataforma editorial), que recoge unas 2.000 citas de la luenga carrera política de un hombre singular. Los recopiladores de todas las frases de Mandela han sido Sello Hatang y Sahm Venter y han contado con la bendición del Centro de la Memoria Nelson Mandela. El libro está distribuido en 317 categorías que abarcan los temas más diversos: el amor («Nuestra sociedad necesita restablecer la cultura del cuidado»), la política, el compromiso, China, el premio Nobel o el humor. «Agudiza tus ideas poniéndote al nivel de la gente con la que estás y con sentido del humor y relajándote completamente, incluso cuando estés discutiendo cosas serias, lo que movilizará a tus amigos a tu alrededor. A mí eso me encanta», explicó Mandela en 2005.

Libertad, gente, matanzas, cooperación, la maldad, el matrimonio o a las madres. En cualquier apartado de la vida aparece Mandela, aunque sus años en prisión y Sudáfrica son los que aglutinan más reflexiones. «Mi vida onírica se hizo muy rica, y me daba la sensación de que me pasaba noches enteras reviviendo los mejores y los peores momentos de los viejos tiempos», recordó. «Entonces al antiguo terrorista se le encomendó la tarea de unir Sudáfrica, de aplicar los principios básicos de la Carta de Libertad que declara que Sudáfrica pertenece a todo su pueblo, blanco y negro», comenta sobre su Sudáfrica multicolor.

Y, por supuesto, no faltan los deportes. «Me siento como un chaval de quince años», dijo Mandela cuando la FIFA designó al país africano como anfitrión del Mundial de 2010. Más comprometida fue otra cita mundialista: la de 1995 en rugby. La nación arcoíris acababa de nacer y para Mandela era muy importante que las posiciones más inflexibles cedieran, como se puede apreciar en 'Invictus', de Clint Eastwood. «El efecto acumulativo fue apaciguar los temores de los blancos y también, dicho sea de paso, de los negros, porque hubo muchos que dijeron: 'Bueno, este viejo nos ha traicionado'. Y me silbaron cuando dije: 'Apoyemos el rugby, consideremos esos chicos como nuestros chicos'». Sudáfrica ganó. Mandela ganó.