Rosario: «Quien no me ha visto en directo no tiene ni idea de mí»
La cantante y 'coach' de La Voz publica su duodécimo disco, 'Rosario', un álbum grabado entre España y Miami donde la pequeña de los Flores adapta con sabiduría sonidos R&B, blues y soul
MADRID Actualizado: GuardarSigue siendo la pequeña de la imprescindible saga de los Flores, pero Rosario se presenta a si misma renovada, con la piel mudada y fresca como nunca en su duodécimo disco, 'Rosario', un álbum grabado por Universal entre España y Miami donde la pequeña de la saga adapta con sabiduría sonidos R&B, Blues y soul a su voz gitana y al quejío flamenco y al que, por primera vez en más de dos décadas de carrera profesional, presta su nombre como título. Más Rosario que nunca. "Ya es una Rosario madurita, una mujer hecha y derecha", recuerda la artista en la décima planta del madrileño Hotel Me, donde recibe a la prensa en una habitación plagada de 'chuches', cortesía de la casa.
Vive uno de sus mejores momentos profesionales, siempre dando un paso más allá como cantante y con los nuevos proyectos que le surgen como setas a uno y otro lado del charco. Su pasión continúa estando encima de un escenario, su hábitat natural, pero nunca dice no a cualquier compromiso profesional que le haga crecer como artista. Por eso se embarcó como 'coach' en el programa de talentos musicales 'La Voz', donde comparte silla como jurado y mecenas con David Bisbal, Malú y Antonio Orozco, última incorporación al programa tras la salida de Melendi.
Su nuevo disco nació, como siempre, entre las cuartillas que rellena allí donde le vienen a visitar esos "duendes" que -cruza los dedos- no la han abandonado todavía. Mantiene la esencia, asegura, pero cambia el procedimiento; la manera de tejer una letra con otra hasta lograr el disco redondo. Para ello se soltó de la mano cálida de Fernando Illán, su productor de toda la vida, para volar hasta Miami a inspeccionar nuevas maneras. "Sigue a mi lado porque es mis pies y mis manos, pero hace años que a los dos nos pedía el cuerpo investigar un poquito fuera el uno al otro", explica. "Me fui con mi ramillete de canciones a Miami, donde está la rumba americana y un foco musical muy importante que reúne a muchos artistas de todo Latinoamérica", recuerda. Una vez allí, Rosario contactó con varios productores a los que ofreció sus canciones. Saltó la chispa con Andrés Saavedra, un productor colombiano recién entrado en la treintena que cuenta con ocho nominaciones a los Premios Grammy y que le presentó además a Fernando Osorio y a Claudia Brant para pulir las letras. "En 15 días teníamos casi el disco entero", explica la artista.
El resultado es 'Rosario', llamado por primera vez como la artista "porque todas las canciones son sentimientos míos, momentos míos, todas parten de mí", define. El sonido resultante consigue quitarle a la cantante una "espinita clavada desde hace tiempo", confiesa. "Siempre me he sentido muy gipsy, muy funky, y en todas mis canciones hay sonidos y guitarras funky y blues blues, porque siempre he dicho que un quejío blusero para mí es como un quejío flamenco, es lo mismo", afirma. "Yo vengo de la rumba catalana de mi padre y del flamenco en mi casa, pero luego escuché toda la música 'motown' (música negra), el R&B y el blues y el soul que llevo en la sangre y, mezclándolo con mis raíces, he conseguido que en español sonara bien y se puede comprobar en el tema 'Yo me niego'", afirma satisfecha. "Estoy muy contenta porque me he abierto una puerta a mí misma; hay un mundo ahí fuera para probar y experimentar".
Reconoce que los duendes nunca la olvidan y que, gracias a ellos, siempre tiene canciones cuando empieza un nuevo disco. "Y que no me olviden, porque mi manera de vivir es la música, mi oxígeno, mi respiración", sentencia. Anque lo que tiene claro es que sigue siendo animal de directo. "Hago mis discos para subirlos a un escenario, así que tienen que ser verdaderos porque si no luego no los puedo demostrar ahí". Ni siquiera la cercanía con el espectador que le ofrece la tele compensa su necesidad de mostrarse como artista ante el público, de dejarse la piel sobre las tablas y desnudar a la verdadera Rosario. "El que no haya venido a verme en directo no tiene ni idea de mí, la gente se cree que me ha visto pero no me ha visto, así que tienen que venir a verme en directo porque ahí es donde van a ver a Rosario al cien por cien".