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La última bala en la recámara para la Real
Los donostiarras se juegan sus escasas opciones europeas ante un equipo correoso y frente a duras condiciones meteorológicas
MADRID Actualizado: GuardarBien saben en San Sebastián que los milagros existen, la divina providencia se alía a veces con el que más lo necesita y nada es imposible mientras haya un loco soñador capaz de llevarlo a cabo. Por ese motivo el caminar de la Real Sociedad por la 'Champions' todavía no ha acabado. Es cierto que al final de la senda se prevé un abismo que puede llevar a los donostiarras a una triste última etapa, inesperada por las ilusiones con las que comenzaron el peregrinaje. Pero todavía queda la opción remota de alcanzar un segundo puesto milagroso o continuar viajando por el viejo continente gracias al premio de consolación del tercer lugar, con derecho a la Europe League. Necesitan los blanquiazules asumir aquella máxima que hizo famosa Luis Aragonés: ganar, ganar y ganar. No les vale otra cosa que la victoria. Primero en tierras ucranianas, donde este miércoles se enfrentan a un peligroso Shakhtar Donetsk, que también se juega su continuidad en la máxima competición continental. Después deberán mirar de reojo lo que hagan el resto de rivales, aunque nada servirá si primero no se vence en Ucrania. Es el ahora o nunca de una entidad con numerosos altibajos esta temporada.
El viaje a Europa del Este estará cargado de peligros, miedos y sensaciones encontradas. Sobre todo habrá que hacer frente a un enemigo invitado a la fiesta del fútbol. Las condiciones meteorológicas serán adversas, toda vez que se esperan temperaturas bajo cero y posibilidad de nieve en la previa al encuentro. Unas circunstancias a las que estarán más acostumbrados los jugadores locales. Los mismos futbolistas que ya sorprendieron a los vascos en la ida venciendo cuando pocos esperaban tal pronóstico. Es la hora de la venganza por la parte 'txuri-urdin'. Aquel tropiezo en casa frente los 'naranjas' contrarios fue un punto de inflexión importante, ya que marcó el paupérrimo camino guipuzcoano. Les costó a los de Arrasate quitarse los nervios y la presión de volver a un lugar que creían les correspondía por méritos propios. Pero no estaban equivocados los que afirmaban tal cosa. Mereció la Real llegar hasta donde se encuentra en estos momentos y de igual manera ahora es de justicia obtener un botín mayor que ese único punto solitario que campea en su haber.
Para lograr aumentar esa cuantía se precisa la mezcla de talento, suerte y creer en lo que se está haciendo. Vela representa esa trinidad de lo sagrado balompédico. Sus cuatro goles ante el Celta, la remontada en Liga, da esperanzas a aquellos que estaban cerca de renegar de un sistema de juego que no debe ser cuestionado. Griezmann es la otra pieza del engranaje que precisan unos profesionales a los que las cosas todavía no les han salido de cara. La herramienta que debe hacer funcionar toda esa maquinaria también tiene nombre al fin: Rubén Pardo. El único capacitado para comandar una nave en sustitución del dubitativo esta temporada Xabi Prieto. Los tres marcan el paso transitorio entre la vieja escuela y la nueva generación. Lo justo y necesario en beneficio de dar alas a un proyecto que todavía tiene un hilo de vida. La esperanza nunca debe perderse. Esta máquina blanquiazul guarda una bala en la recámara.