TRÁFICO

El 66% de los conductores sufre deslumbramientos al volante

Las personas de ojos claros y los mayores de 50 años tienen mayor sensibilidad a la luz

MADRID Actualizado: Guardar
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Un 66% de los conductores sufre deslumbramientos y destellos al volante, que, en el caso de personas con trastornos de la visión, son más pronunciados y pueden ocasionar accidentes, según un estudio de la Fundación Rementería. Con la llegada del otoño, las horas de sol disminuyen y aumenta la circulación con los faros, lo que incrementa los riesgos al volante porque la conducción nocturna es la más peligrosa debido a los deslumbramientos.

Según una encuesta realizada entre 2.500 conductores, una cuarta parte asegura haber sufrido una situación de riesgo grave por deslumbramiento, en un 85% debido al sol y en un 15% por las luces de otros vehículos. Los riesgos más frecuentes fueron de atropello a peatón o ciclista, de colisión y de salida de la vía. La situación que más peligro representaba para los conductores es la conducción con niebla, seguida de la conducción con el sol de frente.

Asimismo, el 55% de los conductores se protege del sol mientras conduce, frente a un 33% que solo lo hace en algunas ocasiones y un 12% que no lo hace nunca.

El riesgo de deslumbramiento es mayor en las personas de más de 50 años, según un estudio del Grupo de Investigación en Visión Aplicada de la Universidad Complutense, de Madrid. “Hemos hallado que el halo que rodea la fuente luminosa durante la noche (como faros y farolas) se agranda a medida que envejece el ojo y dificulta ver los objetos que hay detrás”, afirma la investigadora y profesora María Jesús Pérez Carrasco.

Las horas del ocaso son las que registran más accidentes de tráfico, “lo que atribuimos en gran medida al efecto de los deslumbramientos producidos de forma directa por el sol, tras la salida de túneles o en los cambios de rasante o por su reflejo en los cristales de edificios y en otros vehículos”, explica el doctor Juan Gros, especialista en Cirugía Refractiva de la Fundación Rementería.

En personas con trastornos de la visión, como hipermetropía, astigmatismo, miopía o glaucoma, “el período de adaptación de la pupila aumenta y con ello el riesgo de accidente”, advierte este experto. En un grupo de pacientes con glaucoma se comprobó que dos tercios tenían problemas de acomodación al salir de un túnel.

Las personas de ojos claros también “son especialmente sensibles a la luz, debido a que su cantidad de melanina en el iris es menor”, señala el doctor Gros. Una investigación austríaca publicada en 2013 comprobó que “las personas de ojos azules tenían unos niveles significativamente más altos de luz difusa intraocular, por lo que “podrían experimentar deslumbramientos discapacitantes en situaciones diarias como la conducción nocturna con más frecuencia que otras”.

Por todo ello, la Fundación Rementería aconseja utilizar gafas de sol polarizadas y acudir al oftalmólogo si los deslumbramientos nos dificultan la conducción ya que podría ser síntoma de un trastorno de la visión y ocasionar un accidente.