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«Donde hay que recortar es en políticos con puestos inventados»
Leopoldo Abadía, el gurú económico de las masas, publica 'La economía en 365 preguntas'
MADRID Actualizado: GuardarCuatro años después de su entronamiento como el gurú económico de las masas con la publicación de 'La crisis ninja' y de escribir varios libros dedicados a explicar la economía de forma preclara, lo que tiene realmente claro Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) es que hay una cifra que todos los ciudadanos deben saber de memoria. 5.904.700. El número de personas que no tienen empleo en España, según la última EPA (Encuesta de Población Activa). Una cifra ante la cual, asegura, no podemos decir aún que la crisis haya acabado. "Técnicamente, la recesión ha terminado pero hasta que no llevemos dos trimestres con mejoras en la cifra del paro no podremos decir que estamos saliendo de la crisis", explica Abadía mientras presenta 'La economía en 365 preguntas', su séptimo libro desde que su artículo sobre la crisis subprime se convirtiera en biblia en la red y su opinión, credo y guía para miles de ciudadanos perdidos en cifras y términos desconocidos hasta ese momento.
"Además -avisa-, ahora tenemos un déficit de 70.000 millones de euros, y nos hemos comprometido a que sean 30.000 en 2016 ¿Y cómo reducimos 40.000 millones? Pues aumentando los ingresos subiendo impuestos o reduciendo los gastos con más recortes", resume. "Pero lo que hay que decirle a los gobernantes es que lo hagan con la cabeza, porque hay recortes que si no hubiera habido algún gasto tonto antes, no hubiera hecho falta ahora", lamenta.
En su opinión, donde hay que meter mano a fondo es el funcionamiento del modelo autonómico. "Me gustan las autonomías porque me resuelve mejor las cosas el alcalde de aquí que el ministro, pero cuando el alcalde se ha puesto a hacer el loco, en las administraciones se han hecho también los locos", advierte. Sabe que con una reestructuración puede haber gente que se quede sin trabajo pero recuerda que donde hay que meter la tijera no es con los funcionarios, sino con "los políticos que ocupan puestos inventados y dados como favor". "El día que todos esos señores se vayan a la calle aumentará el paro, pero prefiero pagarles el desempleo dos años, que sueldos falsos toda la vida. Estoy seguro de que ahí se puede hacer un recorte brutal", sentencia el escritor, que ejerció durante más de 35 años como profesor en el IESE de la Universidad de Navarra.
De cara al futuro, considera que habrá que mantener la austeridad, entendida como "gastar con la cabeza", casi como forma de vida. "Hemos tenido unos años de dinero fácil y en los que éramos pobres apalancados, en el sentido de que el banco me daba dinero y me servía de palanca. Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, aunque haya sido por coger un AVE que no tenía que haberse hecho o un avión en un aeropuerto que no debía haberse construido", defiende. "Ahora, a base de golpes, la austeridad está entrando, pero debe ir acompañada del crecimiento. Necesitamos que las empresas creen empleo y la reforma bancaria termine de una vez y los bancos empiecen a funcionar como bancos, prestando al pequeño empresario".
También ve margen para recuperar la ilusión, a pesar de la imagen cada vez más devaluada que la sociedad tiene de políticos y empresarios. "Va a depender del gobernante, de si se rodea de un buen equipo, le echa ilusión a las cosas y empieza a hablar claro. Y hablar claro no es decir que ya estamos saliendo, que el otro día afirmaban que seremos la Alemania de Europa y eso no es verdad", advierte. En su opinión, el presidente del Gobierno debería "salir cada 15 días en televisión y explicar la situación, la agenda y lo que tiene previsto hacer, y en la siguiente comparecencia explicar si lo que planteó ha funcionado y, si no, qué hará a continuación. Hay que crear ilusión pero sin falsos optimismos", explica. "Pero sobre todo, hemos de darnos cuenta de que jugando al todo vale gana el más pillo pero no se genera una buena sociedad, sino una sociedad de pillos y, si te descuidas, de gángsters".