Djokovic frustra un final de año perfecto de Nadal
En una final en la que fue superior al español, el serbio ganó su tercera Copa Masters consecutiva por 6-3 y 6-4
Actualizado: GuardarNo fue el mejor partido entre ambos. La tensión atenazó a los dos y disminuyó la espectacularidad del partido. Aun así, un Nadal-Djokovic es a día de hoy uno de los espectáculos deportivos más grandes que se pueden ver en estos momentos. En la pista, 100 títulos ATP. Casi nada. 101 después de la Copa Masters, uno más para el serbio, que ganó en el 02 de Londres por tercera vez consecutiva el Torneo de Maestros. Y lo hizo en un duelo más cómodo para él de lo esperado ante un Nadal que no ha brillado en todo el torneo y que tampoco lo hizo en la final. Un duelo en el que le faltó agresividad y le falló el saque frente a un Djokovic que en pista rápida es mucho más temible para el número uno del mundo. Así lo demostró. Así consiguió otra victoria, y ya van 22 consecutivas, por 6-3 y 6-4.
Un Nadal-Djokovic no es un partido cualquiera. Su rivalidad va más allá del tenis y de dos estilos de juego contrastados. Su enfrentamiento, repetido en 39 ocasiones, se ha convertido ya en historia del deporte. Esa grandeza se distinguía desde los primeros compases. Faltaban todavía algo menos de dos horas para que se resolviese el duelo, pero la tensión se percibía desde el calentamiento.
Cuando uno y otro se cruzaron las miradas por primera vez en el sorteo, se desconocía de qué lado caería la moneda, pero sí se sabía que ambos iban a dejarse el alma en ello. Al principio no se oía la voz de ninguno de los dos, extremadamente concentrados, pero su calor ardía en cada rincón de la pista.
El serbio empezó a gusto, a su ritmo. Sin grandes golpes pero siendo un rodillo desde la línea de fondo. Así se puso 0-40 a su favor a las primeras de cambio; así empezó a encontrar los tiros ganadores mientras Nadal aún buscaba su sitio en la pista. El español fue poco a poco cavando una trinchera desde el fondo de la pista desde la que se fue metiendo en el partido. Desde ahí se defendió y pasó al ataque. Tuvo tres bolas de ‘break’ en el quinto juego y niveló el partido.
El duelo era una batalla táctica en la que intercambiaban su artillería con fiereza y se resguardaban cuando el rival atacaba. Y en ese contexto, el saque del de Manacor fue decisivo. En esta ocasión lo fue pero por los numerosos errores del balear. Cuatro dobles y mucha inseguridad, unido a su falta de agresividad –apenas hizo tres tiros ganadores en el primer acto- le sentenciaron en el set inicial. Esos fallos contrastabas con la solvencia de Djokovic con su servicio. De hecho, un saque directo suyo acabó con el primer set.
Djokovic, más agresivo
El primer acto se había movido por parciales: los tres primeros juegos el serbio, los tres siguientes el número uno y los tres últimos ‘Nole’. Esa irregularidad de ambos dio paso a un duelo más lineal. Djokovic estaba intratable ante un Nadal demasiado conservador. El encuentro languidecía para el español, con menos soluciones de lo habitual. El manacorense necesitaba dar un par de pasos hacia delante. No le bastaba con subir una marcha, requería algo más. Y ese algo no lo encontró en ningún momento del segundo set. Ni del partido. Dio muestras de supervivencia agarrándose a la pista y levantando dos juegos muy difíciles con su servicio.
De hecho, al final del encuentro intentó recurrir a la épica. Pero no era el día. Djokovic fue más que Nadal en la final de la Copa Masters. 'Nole' revalidó su título de maestro y frustró un año prácticamente redondo del balear. Por algo termina esta temporada como número uno.