Cesc celebra uno de sus goles frente al Celta de Vigo. / Miguel Riopa (AFP)
FÚTBOL

Cesc, la llave del híbrido de Martino

El Barça hace equilibrios entre su estilo de toque tradicional y el fútbol vertical, una mezcla que hace que Fàbregas se sienta como en la Premier

BARCELONA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Otra victoria contundente del Barça, 0-3 en Vigo, y nuevo capítulo en el debate del estilo: que si el equipo se desordena, que si pierde el control, que si recibe demasiadas ocasiones... Gerardo 'Tata' Martino ya es el técnico con un mejor inicio de curso en la historia del club, 16 partidos invicto, y todavía es sospechoso de traicionar un estilo. 12 victorias (10 en Liga y dos en Liga de Campeones) y cuatro empates (dos en la Supercopa de España, uno en Liga y uno en Europa) no bastan a un entorno que vive en la contradicción permanente: se rechaza el resultadismo pero se exige un cambio cuando el exceso de toque convierte al Barça en un conjunto previsible e inofensivo. En ese límite se mueve el entrenador argentino, tirando a pragmático, a veces haciendo concesiones al estilo que le pide. Y comienzan a tener mucho mérito sus números combatiendo la presión que recibe con una humanidad que ha cautivado a sus jugadores. Por eso las constantes rotaciones son aceptadas hasta por los pesos pesados.

Y entre los jugadores que más disfrutan con el híbrido futbolístico que propone Martino, uno que se siente como en sus tiempos de 'gunner' en el Arsenal: Cesc Fàbregas. Cuando la ida y vuelta se apodera de los partidos, esos días que el fútbol es un correcalles, más o menos como sucedió en Balaídos, el centrocampista de Arenys se reencuentra con la Premier League y disfruta como un niño. Él fue el protagonista ante el Celta robando el balón y originando el 0-1 de Alexis, marcando el 0-2 con un disparo a la escuadra, aunque se lo dieron a Yoel en propia puerta porque el balón le rebotó en la espalda, y culminando con el 0-3 en una contra de Messi.

Cesc es uno de los jugadores más importantes para Martino, podría afirmarse que incluso a la altura de Xavi e Iniesta. Por algo le hizo un hueco con calzador en el once del clásico, jugando de 'falso 9' y desplazando a Messi a la derecha. Y el jugador corresponde a la confianza del Tata con generosidad en el esfuerzo físico y sacrificio a cambio de cierta libertad táctica, también llamada anarquía positiva.

Fàbregas tenía una espina clavada desde el día de Pamplona, cuando falló dos claras ocasiones ante Osasuna en un partido que acabó 0-0. Se sentía en deuda con su entrenador y en Vigo celebró el 0-2 con tanta rabia que la afición del Celta interpretó que la estaba desafiando. Nada más lejos de la realidad. Cesc simplemente estalló de felicidad porque tiene carácter. Sabe que está ante su gran año en el Barça y espera no ser tan irregular como en las 2011-12 y la 2012-13. Es la llave de Martino.