TRIBUNALES

Un policía niega haber sido portero en la fiesta del Madrid Arena

El agente municipal cambia su versión y declara que fue al local para entrevistarse con una persona con el fin pedirle trabajo para su novia

MADRID Actualizado: Guardar
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Un policía municipal que practicó maniobras de reanimación a una de las víctimas del Madrid Arena ha negado hoy que haber desempeñado labores de seguridad para los organizadores de la fiesta de Halloween del pasado 1 de noviembre. Este agente local y un policía nacional han comparecido este viernes como testigos ante el titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Eduardo López-Palop, que investiga la muerte de cinco jóvenes en una avalancha humana.

Los abogados de las víctimas han mostrado sus sospechas ante la posibilidad de que el policía municipal estuviera trabajando como portero el día de los hechos, puesto que hay una grabación donde se le ve con personal de Kontrol 34 antes de que se abran las puertas del recinto. El agente municipal ha declarado que fue al Madrid Arena para entrevistarse con una persona con el fin pedirle trabajo para su novia, y, en el recinto, se encontró con los dueños de Kontrol 34, Carlos Manzanares, y Emilio Belliard, a los que conocía porque antes de ser policía local había trabajado en el "mundo de la noche".

Felipe Moreno, el abogado de una de las víctimas, ha apuntado que el policía municipal iba vestido de negro, como los trabajadores de Kontrol 34, accedió por una entrada que no era la habitual del público, sin pagar boleto, ni las consumiciones que tomó en la fiesta. Este agente ha confirmado el exceso de aforo, así como la falta de adecuación de las medidas de seguridad en el pabellón, además de manifestar que "aunque hubiera habido 10.000 personas, se hubiera producido una situación de riesgo y peligro", según Moreno.

Por su parte, el policía nacional, que estuvo a título particular, fuera de servicio, en la fiesta del Madrid Arena, también ha corroborado el exceso de aforo y ha explicado que, media hora antes de la actuación del pinchadiscos Steve Aoki, ante la situación de "agobio", él mismo tuvo que salir de la pista central porque no soportaba la cantidad de gente que había y los "movimientos de marea" del público. El agente de la Policía Nacional ha asegurado que la mayoría de los asistentes a la fiesta eran muy jóvenes, con edades comprendidas entre los 16 y los 18 años, y no había controles en los accesos, donde se quedaban con la entrada.

Ha relatado que, en un momento determinado, fue imposible mantenerse en la pista central, por la aglomeración de gente, y se produjo la situación de avalancha en el pasillo, donde se formó "una montonera" y "una masa de cuerpos en el suelo, de cinco o personas una encima de la otra". El agente ha señalado que, con todo lo duro y lamentable que fue el fallecimiento de cinco jóvenes, en todo momento pensó que el número de víctimas podía haber sido mayor. Cuando está a punto de cumplirse un año de la tragedia, la investigación judicial se está haciendo "muy larga" y, en estas fechas, "muy dura" para las familias de las víctimas, en opinión de las acusaciones particulares. El juez prevé concluir la instrucción del caso para Navidad y hasta entonces quedan pendientes las comparecencias de cinco testigos -entre ellos algunos empleados de seguridad- y algunos careos.