El nacimiento de la ley del fútbol
Una taberna de Londres acogió en 1863 la reunión que originó el actual reglamento
MADRID Actualizado: GuardarEl fútbol es un caos. Cada colegio tiene sus propias reglas. Unos obedecen las de Cambridge, aprobadas en 1848, otros las de Sheffield, adoptadas en 1850. Pero algunos caballeros británicos se resisten al desorden y deciden tomar las riendas. Un lunes, en una taberna de Londres llamada Freemasons, 15 hombres en representación de once clubes acuden en respuesta a una llamamiento publicado en el diario Bell's Life. Dos escoceses, dos bengalíes, un australiano y un puñado de ingleses se sientan en el 26 de octubre de 1863 para empezar a discutir las 'London Rules' (reglas de Londres), génesis del reglamento actual del fútbol.
Ebenezer Morley, representante de Barnes y uno de los numerosos remeros presentes, se erige como el 'padre' de las normas. A sus 32 años es el más viejo del grupo y es el autor de la carta que inició la reunión. El mayor opositor es Francis Maule Campbell, propietario de la escuela de Blackheath, quien apuesta por un juego más violento. La décima regla provoca el cisma (prohíbe las zancadillas) y Cambell, el entonces tesorero, abandona su cargo y se marcha junto a otros representantes. «Acaba con todo el coraje y las agallas del juego, y estaré obligado a traer a un montón de franceses que te podrían vencer con una semana de práctica», argumenta el hijo de un marino mercante cuyos principios colaborarían después en la formación de la Rugby Union (máxima institución del deporte de la pelota ovalada en Inglaterra). No obstante, la ruptura se producirá en una velada posterior porque los debates se sucedieron en el tiempo desde aquel lunes en Freemasons hasta que el 8 de diciembre se estableció el manual básico del balompié.
Las leyes del fútbol fueron publicadas por John Lillywhite de Seymour Street en un folleto que le costó un chelín y seis peniques. No se definió el área de meta, no se inventaron los penaltis ni se pensó en la figura del árbitro, pero entre las 14 normas que fueron el germen de las 17 actuales ya se localizaba un ancestral fuera de juego. Solo 11 días después los conjuntos de Barnes y Richmond probaron el primer partido con las nuevas reglas (empataron a cero). La propagación fue rápida: se ha documentado un partido en Argentina que en 1867 se rigió por las mismas reglas y ocho inviernos después de la reunión en Freemasons ya se celebró la primera Copa de Inglaterra.
Sin embargo, a pesar de la unificación, las disputas se alargaron hasta que en 1878 se dio la fusión definitiva entre Sheffield y Londres (FA) y la creación de la International Football Association Board puso fin a todas las diferencias. De hecho, actualmente la IFAB conserva la potestad en reuniones bianuales en las que cada modificación de las reglas necesita el voto de seis de los ocho que completan el comité (cuatro de la FIFA y cuatro en representación de las federaciones de Inglaterra, Escocia, País de Gales e Irlanda).
Quince décadas después de aquella reunión en Londres sólo sobrevive un club de los once originales (el Civil Service FC, heredero del War Office). Pero únicamente se ha eliminado por completo una norma de las de 1863, la decimotercera: «A un jugador se le permitirá lanzar el balón o pasarlo a otro compañero si lo cogió limpiamente o tras el primer bote». En definitiva, han transcurrido 150 años y el espíritu de aquellos quince hombres de la Freemasons se mantiene vivo.