Imagen: Alberto Ferreras / Vídeo: I. Abio/ V. Carrasco
EXPOSICIONES

Tesoros escondidos

El museo Naval intenta hacerse un hueco ante los mastodontes artísticos que le rodean

MADRID Actualizado: Guardar
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Escondido pero a la vista. Parece el comienzo de una adivinanza, pero es la situación del museo Naval. El lugar donde la Armada exhibe su luenga historia se encuentra en el madrileño paseo de Recoletos. Al lado del palacio de Telecomunicaciones, hogar del ayuntamiento; y de Cibeles, donde los merengues celebran los triunfos de su equipo. Es lugar de paso hacia la milla de oro del arte en la capital, zona de tránsito de unos pies que no se detienen para descubrir las entrañas de este museo, bendita locura de Antonio Valdés y Fernández Bazán. Al secretario de Estado de Marina de Carlos IV se le ocurrió la idea de honrar a los marinos españoles con un museo en 1792.

El proyecto inicial lo situaba en San Fernando (Cádiz), pero la idea se enfrió. La situación de España a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX pararon el proyecto. Los fondos bibliográficos, comprados por media Europa y las entonces colonias americanas, se enviaron a la biblioteca del Depósito Hidrográfico y los instrumentos científicos pasaron al Observatorio de la Marina en Cádiz. A pesar del parón, la idea del museo siguió latente; cinco décadas más tarde, por fin ve la luz. El 19 de octubre de 1843, Isabel II lo inauguraba en el palacio de los Consejos, en la calle Mayor de Madrid.

Pero la vida del museo iba a ser movida. Viajó por diferentes sedes hasta que en 1932 se instaló en el Cuartel General de la Armada, su actual situación. Y de ahí no se movió. Ni siquiera durante la Guerra Civil. El museo lo pasó como si nada. No cayó ninguna bomba encima y no se cambiaron los fondos de lugar. Para sorpresa de todos, salió indemne.

Ahora, intenta sobrevivir, atrayendo más visitantes. Durante los once meses que estuvo abierto en 2012, visitaron el museo Naval 119.187 personas. Una cifra modesta, pero son 40.000 curiosos más que hace dos años. Este año, se pretende superar esta cifra. La exposición sobre la vida de Blas de Lezo, el 'Mediohombre', uno de los militares más importantes del siglo XIX, quiere ser un revulsivo para el centro, que también ha abierto sus fondos para organizar una muestra sobre los exploradores españoles del Pacífico en la Casa de América.