La Policía no encuentra a Marta del Castillo en los puntos del georradar

La esperanza de encontrar el cadáver de Marta del Castillo en la finca de Majaloba, a las afueras de Sevilla, se frustró cuando la Policía terminó de analizar sin éxito los puntos marcados por un georradar como movimientos de tierra compatibles con enterramientos. Los agentes, no obstante, continuarán ahora los trabajos en el otro extremo de la finca y junto a una canalización que fue instalada en la parcela en las mismas fechas en que desaparición la adolescente en enero de 2009.

Fuentes policiales explicaron que desde el martes se estuvo removiendo el terreno en los siete puntos considerados “calientes” de la finca y que fueron señalados tanto a principios de verano como hace unos días, cuando ya se había recolectado el maíz plantado en la parcela. El hallazgo de una malla naranja de obra, que el asesino confeso Miguel Carcaño recordó que había en la zona, hizo crecer los ánimos, pero finalmente no se han hallado otros indicios del cadáver en ninguno de esos lugares, por lo que se han vuelto a tapar las zanjas.

Los agentes, no obstante, han decidido rastrear otros puntos de la finca, así que reabrirán las 120 zanjas que sirvieron para controlar las posibles fugas de una tubería instalada en las fechas que desapareció la chica (una extensión lineal de 800 metros), por si el cuerpo se encontrara en alguna de ellas. Estos trabajos se prolongarán por lo tanto al menos un día más.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en la familia del Castillo, que al igual que la Policía confiaba en que el lugar señalado por el asesino confeso Miguel Carcaño en su última versión de lo ocurrido fuera el definitivo. Tras ser condenado a 21 años de cárcel, Carcaño confesó que la joven sevillana, que contaba entonces con 17 años, falleció a causa de los golpes propinados por su hermano, Javier Delgado, con la culata de una pistola cuando quiso mediar en una pelea. Ambos hombres se deshicieron del cuerpo en una zanja junto a una carretera en las afueras de Sevilla, que Carcaño no recordaba con exactitud por lo cerrado de la noche, y lo cubrieron con escombros.

Hasta ese momento, la búsqueda del cadáver de la joven se había desarrollado en el río Guadalquivir, en un vertedero de basuras en la localidad de Alcalá de Guadaira y en dos puntos de la localidad de Camas, donde Carcaño residía en 2009 en casa de su novia por entonces. El tribunal que juzgó al asesino confeso le condenó a pagar los gastos derivados de esas búsquedas, que cifró en más de 616.000 euros.