La maleta de Capa vuelve a México con un muestra de sus fotos de la Guerra Civil
Serán expuestas en el colegio de San Ildefonso de la capital. Recogen escenas de la vida cotidiana y batallas ocurridas entre 1937 y 1939
MADRID Actualizado: GuardarLa maleta de Robert Capa con sus testimonios de la Guerra Civil española, que estuvo 70 años oculta en México con negativos del legendario fotoperiodista y de sus colegas David Seymour Chim y Gerda Taro, volvió este martes a territorio mexicano como protagonista de una esperada exposición.
Las dos de las cajas de cartón en las que Capa catalogó cuidadosamente su material fotográfico antes de encargárselo en 1940 a un amigo para que viera la luz fuera de España, -y que acabó tras un complicado periplo en México-, reciben al visitante en la muestra 'La Maleta Mexicana', que desde este martes se aloja en el Colegio de San Ildefonso del centro de la Ciudad de México.
La muestra, que estará en la capital hasta febrero del próximo año y es la primera vez que se exhibe en América Latina, agrupa los negativos de batallas y escenas de la vida cotidiana de pueblos españoles de 1937 a 1939 con el estilo y mirada que diferenció a estos fotógrafos considerados los padres del fotoperiodismo.
Capa, Seymour Chim y Taro, los tres de origen judío, "buscaban apoyo para los republicanos" a través de sus historias en la prensa internacional al advertir un resurgimiento del fascismo, dijo durante un recorrido por las salas Cynthia Young, comisaria de la exposición.
Por ejemplo, en las casillas marcadas con los números 75 y 76 y con letra de Capa, el fotógrafo, nacido en Budapest en 1913 y cuyo verdadero nombre era Endre Emo Friedman, guardó el material de la batalla de Brunete ocurrida en julio de 1937. Un documento de especial importancia para el fotógrafo, porque esta fue la última historia que cubrió su gran amiga Gerda Taro (Stuttgart, Alemania 1910-1937), quien murió atropellada por un carro de combate en el frente por tratar de documentar "el dramatismo de la batalla", señaló Young.
El material expuesto, de 250 piezas, fue guardado en una maleta por Capa, quien la entregó en 1940 a un amigo que iba a Marsella y quien, en su camino, se la dio a un antiguo combatiente republicano de la Guerra Civil, que la escondió en los sótanos de un consulado latinoamericano y de ahí fue a parar a la casa de un militar mexicano.