El rey Nadal vuelve al trono
Después de completar una espectacular temporada, el manacorense vuelve a ser el número uno del mundo por tercera vez en su carrera
Actualizado: Guardar"Es como un regalo después de un gran año, uno de los mejores de mi carrera, sin ninguna duda”. Así de sincero se mostró Rafa Nadal tras ganar a Berdych en Pekín y asegurarse que a partir del lunes será el nuevo número uno del mundo. “Lo que me hace feliz de verdad es todo lo que he hecho para volver a este puesto, mucho más de lo que soy ahora”, añadió tras confirmarse su idilio con la capital china. Fue ahí donde se convirtió por primera vez en el mejor tenista del mundo el 18 de agosto del 2008 tras ganar el oro olímpico. Y es ahí donde cinco años después ha confirmado lo que ya era un hecho: Nadal es el mejor jugador del mundo y el número uno en la clasificación.
El español ha confirmado estos últimos meses que no se le ha olvidado ganar, que recuerda perfectamente un hábito que le ha dado éxitos y gloria. Ya había sido un gran campeón y este año ha seguido batiendo marcas- es el primer tenista que ha ganado ocho veces el mismo ‘grand slam’- y ha protagonizando batallas épicas –la semifinal de Roland Garros y la final del US Open, ambas ante Djokovic-.
El mejor Nadal
Independientemente de las luces que brillan en un tenista con una capacidad de sufrimiento hercúlea y una cabeza prodigiosa, son especialmente sus resultados, no solamente la forma de conseguirlos, lo que sobresale por encima del resto y suscita numerosos debates. ¿Es el mejor deportista español de la historia? ¿Puede llegar a ser el tenista más grande de todos los tiempos? Desde luego, él ha cumplido su parte para aspirar a ambas cosas.
Y no ha sido fácil. En los siete meses que estuvo lesionado sufrió. En ese tiempo, Nadal meditó y padeció en casa después de que sus rodillas dijesen basta. Sin embargo, de la dificultad emergió un tenista perfeccionado. Un jugador más agresivo, mejor sacador y sobre todo, con hambre de triunfos. Una actitud que demostró en cuanto pudo.
Después de hartarse a decir que no estaba obsesionado por el número uno, ha ido reduciendo reducido la distancia con Djokovic, con el que juega la final de Pekín este domingo, a pasos agigantados. Su año ha estado muy cerca de la perfección. Y fue en febrero cuando empezaba esa reconquista. En el circuito aguardaba una temporada sin límites y repleta de retos.
Diez títulos en el 2013
"Ésta ha sido una de las semanas más bonitas de los últimos tiempos. Llevo tiempo sin experimentar situaciones así, no voy a olvidar esta semana. No pude ganar pero para mí el hecho de estar aquí ya es un triunfo", declaraba a principios de febrero tras perder la final de Viña del Mar, el primer torneo que disputó después de la lesión.
Una derrota muy dulce, ya que a partir de ahí comenzó el vendaval de victorias. Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Roma, París, Montreal, Cincinnati y Nueva York han sido conquistados por Rafa Nadal. Además, lleva 26 victorias y ninguna derrota en pista dura. Balance excelso. ¿El único pero? Su prematura derrota en Wimbledon.
Los puntos más altos del año han sido las dos finales de ‘grand slam’ que ha jugado y ha ganado. Especialmente la del US Open, donde tras una final imperial se sinceraba: “Nunca pensé que algo así podría pasarme, sobre todo después de venir de donde vengo. Sólo quería volver a los torneos y ser competitivo, por eso la victoria de hoy es más que un sueño. Mejor imposible”. “Quizá sea el año más emocionante de mi carrera”, amplió.
Número uno hasta 2014
Y siempre con la rodilla en la cabeza. En algunos momentos se le veía cojear en la pista y en otros parecía dejar de lado el problema. Pero él ha reconocido, con la boca pequeña, sin querer poner el foco en su maltrecha articulación dado el éxito que ha tenido, que no ha conseguido olvidar del todo la rodilla la mayor parte del año. Lo que sí ha conseguido decir adiós es ese aparatoso vendaje, relegado al pasado.
El futuro pinta inmejorable. El trono mundial lo va a disfrutar una buena temporada. No defiende ningún punto de aquí a pasado el Open de Australia. Por el camino no solo tiene ese ‘grand slam’ del año para sumar puntos, sino también la Copa Masters o dos Masters 1.000.
Y lo va a disfrutar. “Es es el mejor año de mi carrera. En mi vida había hecho algo así”, confesó tras ganar a Stakhovsky en la Copa Davis. Un Nadal que también explicaba que vive el momento: “Hay que disfrutarlo y hay que estar preparados porque no todo va a ser un camino de rosas a nivel de resultados como está siendo. No siempre todo va a ir de cara”. Algún día volverá a perder el número uno. Pero ahora, por juego, ganas y merecimiento, ese honor es suyo. Nadal regresa a su trono.