Una modelo luce una creación de Valentino. / Patrick Kovarik (Afp)
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Las piezas encajan con Valentino y McQueen en París

El italiano atrapa la herencia mediterránea con unos diseños que intercalan las formas geométricas con los motivos florales

PARÍS Actualizado: Guardar
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Como si de un puzzle se tratara, las piezas se han integrado en sintonía de diferentes colores en la colecciones de Valentino y de Alexander McQueen, en la penúltima jornada de la Semana de la Moda de París.

Valentino ha atrapado la herencia mediterránea con unos diseños que han intercalado las formas geométricas con los motivos florales, en una lluvia ordenada de color que ha transmitido la energía de la cultura y de la naturaleza. Los directores creativos de la firma, Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, han concebido una delicada colección de prêt-à-porter para la próxima primavera-verano que supo medir la paleta y ensamblar las piezas.

En un espacio efímero instalado en los jardines de las Tullerías, la marca italiana ha configurado prendas con brocados y 'patchwork' sobre una base negra, en una melodía azul, rosa y amarillo. Los chalecos y abrigos estructurados han respirado aires étnicos y los vestidos de cuello cerrado y cintura ajustada han modernizado la historia. Las sandalias planas y las alpargatas anudadas al tobillo han sido las propuestas para el pie de Valentino, que ha ensalzado con apliques dorados y ha combinado con unos collares de formas inesperadas como las langostas.

Por su parte, Alexander McQueen ha instalado su pasarela sobre una retícula que se ha transferido a unos modelos que han reivindicado los colores de la bandera del Reino Unido: rojo, azul y blanco. Las tiras han atravesado un cuerpo de cuello cubierto, apretado con cinturón, en una estética dura que ha encontrado la suavidad en su versión con plumas de cabaré o de avestruz. En sencillo guipur o en rejilla trabajada, los volantes se han sobrepuesto a unos 'leggings' de la misma estirpe, mientras que en otros conjuntos el vientre ha quedado al descubierto bajo mínimos 'tops'.

La monotonía queda excluida

La diseñadora portuguesa Fatima Lopes había abierto la jornada de desfiles con una colección fundamentalmente blanca, estival, de lino, seda o encaje, que ha presentado en una galería del Hotel de los Inválidos. La monotonía ha quedado excluida por el contraste entre el mate y el brillante, la transparencia y la opacidad, las diferentes longitudes y texturas.

Los zapatos han desconcertado -y han desconcentrado- al público por su forma que, como experimento, se ha demostrado poco funcional y poco respetuosa de la movilidad de la mujer. Se trataba únicamente de un tacón, anudado al tobillo, que sostenía con dificultad el talón y dejaba que el antepié pisara directamente el suelo. Las formas geométricas, como triángulos o cuadrados, han articuladolos cuellos y los hombros en una composición de aires futuristas, mientras que los plisados ligeros de los vestidos largos o de cóctel se han acercado al mundo griego.

La firma Shiatzy Chen, fundada en 1978 en Taipei, ha desfilado con una colección de pinceladas y tejidos en colores estivales como el naranja, el rojo chino, el celeste, el rosa palo, el amarillo imperial y el verde agua. Su diseñadora, Wang Chen Tsai-Hsia, ha deconstruido las líneas de los vanguardistas Pablo Picasso y Piet Mondrian en un intento por fusionar Oriente y Occidente. "(La obra de Picasso) Se parece al estilo de las máscaras de la ópera china, por sus ojos y sus narices", ha justificado la creadora, quien ha dibujado estas partes del cuerpo en sus prendas de seda, de transparencias y 'patchwork'.

La creadora holandesa Iris Van Herpen ha ingresado en el calendario oficial de la Semana de la Moda con una colección sonora. Esta pionera, que suele producir algunos de sus diseños o apliques con una impresora en 3D, ha pasado a una nueva etapa de su ingenio al crear prendas que emiten notas musicales cuando se tocan. Agnès B. ha atravesado el riguroso gris para llegar al voluminoso color africano, pasando por los monos de mecánico y los estampados de flores, en un desfile que ha celebrado en el Palacio de Tokio de la capital francesa. Otra de las colecciones destacadas ha sido la del diseñador ruso Valentin Yudashkin, que ha brillado en azul eléctrico, amarillo sosegado, plata y trazos cobrizos con unas prendas de hombros puntiagudos y escotes pronunciados.