los preparativos

Te invito a mi gran fiesta

Organizar la boda que siempre soñaste puede ser muy complicado, pero ahora con ayuda de la guía ‘¡Sí, quiero!’, escrita por los ‘wedding planners’ Wendy, Jose, y Marina, todo será coser y cantar

MADRID Actualizado: Guardar
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Después de un tiempo de relación llega el día más esperado. Él está nervioso, le sudan las manos, y por mucho que lo repita no puede tranquilizarse, la respiración le va a más a medida que el momento se acerca. Lo ha ensayo cientos de veces pero no sabe si utilizará las palabras apropiadas para expresar lo que siente. Mientras, ella solo espera que llegue la hora para encontrarse con él y que le haga la pregunta que durante tanto tiempo ha estado esperando. ¿Quieres casarte conmigo?

A partir de ese momento surgen las dudas. ¿Cuándo nos casamos?, ¿dónde celebraremos la ceremonia?, ¿cuántos invitados vendrán?, ¿podremos permitirnos todo esto con el presupuesto que tenemos?. Todas estás preguntas y más son las que pasan por la cabeza de una pareja que acaba de prometerse, y empieza una larga y difícil travesía por los preparativos. Para alguien que nunca se ha enfrentado a este reto, puede ser una ladera muy difícil de escalar, pero para Wendy, Jose, y Marina, que se dedican a “celebrar la fiesta del amor”, es pan comido.

Son lo que se define como ‘wedding planners’, encargados de organizar el día más especial de dos personas que están apunto de dar el paso más importante de sus vidas. Llevan cuatro años “intentando hacer bodas muy a medida de cada pareja y que cada una sea especial”, cuenta Wendy. Se trata de una profesión que ha cruzado el charco desde Estado Unidos y que cada vez tiene más adeptos. Con más de 100 bodas a sus espaldas, estos expertos han recopilado en el cajón de los recuerdos cientos de experiencias que les han bastado para escribir ‘¡Sí, quiero!’. Un libro hecho desde “la cercanía y el cariño, y pensando que teníamos al lector con nosotros en una mesa tomando un café y charlando sobre su boda”, explica Wendy.

Organizar una boda puede ser un caos, así que con mucha calma. No hay que darle importancia a los fallos, lo importante es disfrutar y dejarse llevar, porque un mal rato no puede arruinar ese momento tan mágico con las personas que más quieres. “Hay que ser consciente de que no todo va a salir como habías planeado. Van haber cosas que dependen de ti que no van a salir como tenías pensado. ¡Y ya está!”, confiesa Jose. Es por eso que lo más importante, más allá de los gemelos o el ramo, es que nunca falte alegría, amor e ilusión. “Para nosotros es mucho más importante que los conceptos tangibles, como la decoración. Creemos que lo importante es lo que llevas dentro y la ilusión que tienes por que sea un día muy especial, porque vas a celebrar la fiesta del amor”, señala Marina.

Clásica, romántica, vintage, moderna... Definir el estilo y la personalidad de la boda es fundamental, ya que entorno a ella girará gran parte de la ceremonia. Puede ser lo más difícil, pero es importante tomarse un tiempo, y muchas veces las cosas más nimias como una canción, una flor, o un edificio, pueden servir de chispa para encender el interruptor que deje volar la imaginación. Cada vez más gente está optando por lugares atípicos como un granero, un invernadero, o una bodega. Espacios donde se pueda hacer lo que se quiera sin contar con las limitaciones que otros establecimientos ponen. Son ceremonias que no pasan indiferente y que dejan con la boca abierta a todos los invitados.

La pareja formada por Sergio y Begoña fueron todo un reto para estos tres ‘wedding planners’. Tuvieron que llenar de amor una fría nave industrial. “Estaba completamente vacía. Hubo que llevar allí la electricidad, y conseguir que en ese espacio diáfano pudiesen convivir la ceremonia, la cena y el concierto de rock del novio”, confiesa Wendy. Fue un proyecto peculiar y diferente que dio como resultado una boda muy personal en el que los invitados tenían un papel fundamenta, poner en marcha una máquina que fabricaba amor.

Pero antes de llegar al feliz acontecimiento, en los días previos los nervios se apoderan de los futuros novios. ¿Llegaran las flores?, ¿cómo quedará la tarta? o ¿me sentará bien el vestido?. Ante esa situación lo mejor es relajarse y disfrutar para estar bien guapos y despiertos, ya que todo lo que se tenía que hacer ya está hecho, y si algo falla, nadie lo sabrá. Será un secreto que quedará entre la pareja y el organizador de bodas.