Aterrizaje de emergencia en París por una borrachera

El vuelo de Ryanair tenía previsto aterrizar en la isla de Ibiza, pero no llegó a su destino. En contra de lo que 16 de sus pasajeros creyeron, el avión tomó tierra lejos de allí, en el aeropuerto de París-Beauvais. La melopea que estos turistas escoceses soportaban tras un fructífero paso por el 'duty free' obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en suelo francés.

La aeronave, que había partido de Glasgow, fue desviada poco después de las ocho de la tarde. Antes de tomar una decisión tan drástica, la tripulación había procurado sin éxito controlar a este grupo de viajeros que, según el testimonio de los trabajadores, estaba poniendo en serio peligro la seguridad del vuelo. Los alborotadores se apearon del avión acompañados de varios gendarmes franceses, bajo cuya custodia permanecieron hasta las dos de la madrugada, una vez que todos habían prestado declaración.

No es la primera vez que Ryanair es testigo de un escándalo de estas caracterísiticas. El pasado mes de agosto otro vuelo que cubre el mismo trayecto estuvo a punto de solicitar un aterrizaje de emergencia en territorio galo a causa del tumulto provocado por varios pasajeros en estado de ebriedad. En aquella ocasión el avión sí logró completar su itinerario.