La hora de la credibilidad
En la frontera entre la gloria y el fracaso, España afronta un cruce vital ante Serbia
Actualizado: Guardar«Nunca es demasiado tarde para hacer las cosas bien... Sé paciente. A veces hay que pasar por lo peor para conseguir lo mejor». Las citas reflejadas por José Manuel Calderón en su cuenta de Twitter horas después de la derrota sufrida ante Italia reflejan el espíritu y la intención de una selección que ha acrecentado sus dudas en el Eurobasket pero se ha conjurado para ahuyentar fantasmas en el momento de la verdad. España, incapaz de cerrar tres partidos que tenía ganados, no genera buenas sensaciones en Eslovenia, pero aun sin Pau Gasol ni Navarro y, con sus evidentes debilidades en defensa y ataque, está capacitada para vengarse este miércoles de Serbia (17.30 h. Cuatro), su verdugo en los cuartos del Mundial de 2010.
Tres años después, en la misma eliminatoria que delimita la frontera entre la gloria y el fracaso, entre la posibilidad de entrar en la lucha por las medallas y la despedida por la puerta falsa que pudo incluso producirse el lunes si no hubiese perdido Grecia, España vuelve a encontrarse en el mismo cruce vital al mismo rival. A un enemigo al que ahora le falta el lesionado Teodosic, pero sí cuenta con el poderoso y veterano Nenad Krstic, llamado a protagonizar contra Marc Gasol una enorme batalla individual bajo los aros. En todo caso, ya no se tratará solo de duelos particulares, sino de un choque de colectivos. Experto y acostumbrado al éxito el español, que se juega su octava presencia seguida en las semifinales de un Eurobasket. Joven, regenerado y siempre plagado de talento el serbio, que parece haber aprendido de las destructivas guerras de egos de antaño.
A impulsos y trompicones en este Europeo en el que aspira al reto histórico de tres oros consecutivos, a España le ha llegado la hora de recuperar la credibilidad, de hacer realidad la proclama que ha llevado a esta selección a las más altas cotas desde Japón 2006, con la única excepción de la última cita planetaria: «Somos equipo». En las últimas grandes citas internacionales jalonadas con podio la selección ahora dirigida por Juan Orenga solo ha fallado en el último Mundial, precisamente ante los balcánicos. Repetir un fiasco de tales proporciones, que podría arrastrar a un seleccionador cuestionado por sus decisiones tácticas y su falta de jerarquía, está ahora prohibido para España. Un grupo que ha perdido contundencia, alegría y carácter pero asegura ser muy consciente de la trascendencia de este enfrentamiento y de la necesidad de responder con sus mejor argumento: el buen baloncesto que ahora se echa tan en falta.
Obligada a olvidarse de la relajación y a imponer su intensidad, la bicampeona de Europa ya no puede permitirse otro tropiezo y asegura haber encontrado la llave para tomar impulso en este campeonato en el que, tras su derrota ante Italia ha elegido el camino a priori más complicado, con Eslovenia o Francia en el horizonte si, tal y como se le exige, logra imponerse a los serbios. Cierto es que hay demasiados jugadores fuera de forma -no es el caso de Sergio ni Marc- y que esta selección depende demasiado del potencial interior del mediano de los Gasol. Sin embargo, este equipo, que ya no es el único favorito al título, también se ha ganado el derecho a confiar en que, en la primera eliminatoria decisiva, dé por fin un salto de calidad para confirmar que sigue siendo el mejor del continente, aunque haya bajas fundamentales que han golpeado en el corazón y en el alma de España.
«Hemos hablado entre nosotros y vamos a jugar y a luchar al máximo», prometió este martes Rudy Fernández, el capitán que ha admitido que a España, con el pasaporte a cuartos garantizado, le faltó «hambre» ante Italia y que los jugadores no han disfrutado en lo que se lleva de Eurobasket. Entre las causas de una trayectoria tan poco prometedora se apuntan la relajación, la precipitación y el cansancio, pero la selección asegura haber encontrado la llave. «Nos han dado un toque de atención y hemos captado el mensaje. Ayer (por el lunes) estábamos jodidos, pero a la vez con unas tremendas ganas de salir a jugar otra vez», asegura Rudy, para quien el triple increíble de Teodosic que mató a España en Turquía «también es una forma de motivación» para tomarse la revancha.