FÚTBOL | primera división

Diego López salva al Madrid en Villarreal

Bale marcó en su estreno pero el equipo de Ancelotti fue incapaz de dominar el centro del campo y concedió numerosas ocasiones

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Diego López, que será suplente el martes en feudo del Galatasaray, evitó la derrota de un caótico Madrid en El Madrigal, donde un recién ascendido con trazas de equipo grande como el Villarreal dispuso de múltiples ocasiones y dejó en muy mal lugar al centro del campo y la defensa del Madrid. Aunque este choque se recordará por el debut de Gareth Bale, con gol incluido, bien haría Carlo Ancelotti en tomar buena nota y concluir que el equipo más caro del mundo no puede conceder tantas opciones al rival, ni tener a un delantero tan indolente como Benzema, ya suplente con Francia. Salvo el portero, al equipo blanco le falló casi todo. Fue inconsistente y vulnerable. Si arañó un punto que deja líderes al Barça y al Atlético fue por el portero y por esa pegada que siempre le caracterizó.

Ancelotti prefirió no esperar y alistó a Bale. Había jugado apenas media hora con País de Gales y realizado solo un par de entrenamientos, pero entendió el técnico que el ex del Tottenham se merecía la titularidad. Le colocó por la derecha y sacrificó a Di María. El de Cardiff marcó pero se le vio desorientado, nervioso. Se sentía observado porque su desproporcionado coste le impide ser uno más. Cualquier centro malo provoca un sinfín de comentarios, de chanzas en las redes sociales. Y su gol poco antes del descanso, genera un aluvión de comentarios favorables exagerados. No existe la virtud del término medio. Consecuencias de ser un galáctico. Aguantó una hora y se marchó extenuado tras una progresión brutal por banda. Se le fue largo el balón pero llegó a centrar. El problema es que nadie le acompañó.

Cogido con alfileres en defensa y en el centro del campo por culpa de las bajas, el Madrid estuvo muchos minutos a merced de un Villarreal extraordinario. Es una maravilla ver jugar con esa alegría, ese desparpajo y ese toque a un recién ascendido. Como si no hubiera pasado el tiempo y fuera ese ‘submarino’ que emergió en la ‘Champions’ para asombrar a Europa. Es una cuestión de estilo, de modelo, no coyuntural. Durante más de media hora, los de La Plana pasaron por encima del Madrid. Por el lado izquierdo que defendía Nacho, el Madrid era un coladero. Tampoco el debutante Illarramendi y el croata Modric llegaban a las ayudas.

El gobierno de Cani

Al Madrid le mantuvo en pie un Diego López soberbio frente a su exequipo. Con ese corpachón de casi dos metros, lo salvó casi todo. A Jonathan Pereira le sacó dos balones increíbles. También contribuyó el delantero porque controló mal y lanzó a romper en lugar de buscar el toque sutil por abajo. El inmenso portero lucense no pudo hacer nada para evitar el tanto de Cani. Entre otras razones porque el tiro lo desvió ligeramente Ramos. Pero las dos mejores intervenciones de Diego, ambas a Aquino y consecutivas, estaban por llegar. Un prodigio de reflejos y colocación.

Cumplida la media hora, la mejor noticia para los merengues era esa derrota solo por la mínima. Ancelotti ya había decidido cambiar a Bale de banda para que entrase desde la izquierda. Ramos y Cristiano avisaron en un par de cabezazos. Pero el gol llegó tras una combinación de Modric con Carvajal y el gran pase del canterano que remató Bale en teórica posición de ariete. Entró rápido, valiente y decidido para empujarla. Marcó y dibujó con sus manos ese famoso corazón. Rescataba a un equipo ramplón. Si al Madrid cae en suerte en ese primer período un equipo con más pegada, el resultado podría haber sido desastroso.

El Villarreal también salió en plan mandón tras el descanso. Siguió percutiendo por las bandas y generando ocasiones. Jaume Costa desperdició la más clara del partido, ya que lanzó fuera desde el borde del área pequeña y sin portero. Un presagio de lo que podría ocurrir. Nada más salir del campo Bale, el Madrid se adelantó. Cristiano no está bien pero le sobran arrestos y orgullo para echarse el equipo encima. Inició la jugada y la culminó de carambola. Ya con Khedira, el Madrid debería sufrir menos. Pero volvió a conceder una barbaridad porque en ningún momento fue capaz de sujetar el centro del campo y regaló enormes espacios entre sus líneas. Fue siempre un equipo larguísimo. Gio firmó el empate porque a Diego López le pilló a contrapié su disparo. Justicia para el débil.