El maquinista del Alvia siniestrado en Santiago de Compostela, Francisco José Garzón Amo. / Archivo
siniestro en santiago de compostela

El maquinista del Alvia perdió «la ubicación» durante la conversación telefónica con el interventor

Garzón Amo descolgó el móvil al ver en la pantalla el nombre de su supervisor ya que podría tratarse de una emergencia a bordo

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El maquinista del Alvia siniestrado en Santiago de Compostela en el que fallecieron 79 personas, Francisco José Garzón Amo, se presentó voluntariamente en la mañana del pasado 31 de julio en el Juzgado de Instrucción número tres de Santiago para reconocer que estaba hablando por el móvil con el interventor de Renfe Antonio Martín Marugán, que también viajaba a bordo, minutos antes del descarrilamiento para darle indicaciones, y finalizó once segundos antes del accidente, según la caja negra.

En su declaración ante el juez Luis Aláez, el conductor afirmó que descolgó el móvil al ver en la pantalla el nombre de su supervisor ya que podría tratarse de una emergencia a bordo y negó que estuviera consultado papeles mientras conversaba con su compañero pese a lo que deducen los investigadores tras escuchar el sonido de la caja negra, según informa hoy El País.

Preguntado sobre la duración de la conversación telefónica, de casi dos minutos cuando circulaba a 190 kilómetros por hora, Garzón Amo insistió en que él se limitó a responder a lo que le preguntaba el revisor y que al colgar comprobó que le venía encima la curva de A Grandeira. Cuando el fiscal del caso, Antonio Roma, le preguntó en qué pensaba durante la llamada, el conductor del tren admitió que perdió "la ubicación". "En ese momento no vi yo el peligro ni el punto de referencia, porque si lo hubiera visto, evidentemente, primero atiendo a eso y que le den por el culo al teléfono. No sé si influyó -la llamada- o no. No lo sé".