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Gaviotas sobre París
Cada año un mayor número de ejemplares de estas aves eligen la capital gala en lugar de la costa para pasar el invierno
PARÍS Actualizado: GuardarEn los últimos días de agosto París cierra la playa efímera que cada verano se instala en las orillas del Sena pero si se cierran los ojos se pueden seguir escuchando los graznidos de las gaviotas, cada vez más numerosas en la capital francesa, pese a que ésta dista cerca de 200 km del mar. "Hace unos 20 años que las primeras gaviotas argénteas empezaron a reproducirse en París; y el fenómeno aumenta, sin ser excesivo", explica Frédéric Malher, vicepresidente del Centro Ornitológico de la región de París.
Una de las primera parejas de esta especie, en 1989, eran "una hembra cautiva del zoológico del Jardín de Plantas y un macho libre", cuenta. Hoy, hay medio centenar de parejas instaladas en la ciudad, en lo alto de los edificios que les recuerdan los acantilados marinos, agrega Malher, que coordinó la elaboración de un Atlas urbano de aves de París. A razón de una o dos crías por pareja, se llega a unas 200 aves marinas, que no hay que confundir con las gaviotas reidoras, especie que puede contemplarse desde hace mucho tiempo en los parques de la capital francesa.
Éstas se instalan en París solamente durante el invierno, menos riguroso que en sus regiones de origen, en el centro o el este de Europa, y parten en marzo. Para los profanos, la alcaldía de París detalla en su portal internet las diferencias entre las dos especies: en general la gaviota reidora es más pequeña y tiene las plumas de la cabeza oscuras y el pico rojo. La primera especie (gaviota argéntea) tiene, por su parte, las plumas de la cabeza blancas y el pico amarillo.
Los más interesados pueden incluso oír los graznidos respectivos de los dos pájaros. Graznidos que evocan la costa marina, pero que pueden rápidamente transformarse en un infierno. "Cuando una gaviota comienza a graznar, uno tiene la impresión de que son tres o cuatro", dice Malher.
Y además del ruido, "se plantea el mismo problema que con las cornejas. Se alimentan de cualquier cosa y van a buscar comida en los basureros", agrega el experto. Pero París está lejos de vivir los problemas que enfrentan las ciudades costeras, en las que las poblaciones de gaviotas son mucho más importantes y su búsqueda de comida llega incluso al acecho en banda de las terrazas de los restaurantes, en escenas dignas de la película "Los pájaros" de Hitchcock.
En París, "hemos tenido dos o tres personas que se han quejado del ruido", indica la alcaldía. Pero las gaviotas argénteas son una especie protegida y la alcaldía sólo puede proponer "dispositivos antinidos", como redes o pequeñas picas. La prefectura puede otorgar autorizaciones excepcionales para esterilizar los huevos. "Pero están en la ciudad porque aquí tienen qué comer", explica Malher. "Y son como las palomas. Se haga lo que se haga, mientras los pájaros tengan comida fácilmente seguirán reproduciéndose", agrega.