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Nadal aplasta a lo desconocido

El balear arrolló a Dutra Silva y en la tercera ronda del US Open se enfrentará al croata Dodig

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Un día es un día. Eso debió pensar Rogerio Dutra Silva, un tenista anónimo para el público en general, que se encontró la madrugada del viernes a Rafa Nadal en segunda ronda del US Open. El brasileño, desde luego, presión no tuvo. Es más. Por momentos pareció hasta que se lo creía. Jugó suelto y disfrutó. Pero muy brevemente, por no decir casi nada. Ahí estaba Nadal para despertarle rápidamente. Un Nadal que volvió a demostrar su capacidad para solventar por la vía rápida, sin complicarse, este tipo de duelos. También es cierto que muy pronto su rival evidenció por qué es el 134 del mundo, un jugador que no tiene ningún título y cuyo mejor resultado es un ‘Grand Slam’ es segunda ronda.

El brasileño, de 29 años, se presentó al examen más importante de su vida como el que suspende una vez tras otra y de un día para otro quiere doctorarse. Complicado. Eso no quita para que hiciese algunos parciales buenos durante el partido. Pero poca cosa. Su media se quedó a años luz de optar a inquietar a Nadal. De hecho, fue el balear el que le dio una clase maestra.

El partido acabó 6-2, 6-1 y 6-0 en una hora y 32 minutos, en uno de esos días en los que si el de Manacor lo hubiese necesitado, habría caído más de un ‘rosco’. Y todo porque el número dos del mundo está muy bien. Ya en tercera ronda espera el croata Dodig. La derecha de Nadal sigue corriendo de forma descomunal. En carrera es tremendamente dañina; parado es demoledora. Su saque sigue en buen estado, aunque ante Dutra Silva no tuviese su mejor día. No le hizo falta. Y su resto está como siempre. En el primer set se puso 2-1 con ‘break’ a favor y no paró. Un guión que se repitió en el segundo y tercero: rotura rápida, y a pasar el rodillo.

Lo cierto es que el brasileño llegó a tener una bola de rotura en el inicio del segundo parcial. Pero siendo realistas, pese a su ímpetu, Dutra Silva no duró ni medio asalto. Mucha voluntad, muchas ganas, de vez en cuanto algún punto espectacular, pero enfrente había mucho rival para él. Tan pronto hacía un punto que levantaba a la grada como cometía inmediatamente dos errores no forzados y le dejaba un ‘regalito’ a Nadal.

Envalentonado, se atrevió a subir a la red. Y vez que subió, vez que recibió un ‘passing-shot’. Un día es un día, debía pensar. Por eso de vez en cuando pegaba ‘palos’ con su derecha y generaba más aplausos. Nada preocupante para el español, que parecía que no quería hacer trasnochar más de la cuenta a los aficionados que le veían desde España por televisión, y no se embarulló. Completó un ejercicio perfecto de profesionalidad, no se dejó ir en ningún momento y cerró el partido cómodamente. No era un día cualquiera para Dutra Silva, que hizo lo que pudo; sí para Nadal, que ganó como viene haciendo todo el año 2013, en el que sigue sin perder un partido en pista dura.