Ancelotti: "Martino aún no entiende cómo funciona su club". / Atlas
FÚTBOL | Primera División

Ancelotti gana crédito en Granada

Un Madrid en construcción vence en Los Cármenes con un gol de Benzema aunque con la sensación de falta de decisión

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Los primeros partidos de Ancelotti están proporcionando varios puntos para la discusión de los aficionados madridistas. El primero, el del guardameta destinado a cubrir la portería parece haberse decidido abiertamente a favor de Diego López, puesto que el gallego vivió en Granada su segundo partido como titular con las condiciones necesarias para mantener el puesto en perjuicio de Casillas. Otro aspecto de debate es si el equipo blanco descartará a los futbolistas defensivos en el centro del campo para el resto de la campaña. En Granada el italiano eligió a Modric e Isco para empezar, pero cuando el equipo no aumentó la ventaja inicial para sentenciar el choque el preparador dio entrada a Casemiro en lugar de Özil para reforzar su retaguardia y evitar teóricos sufrimientos innecesarios.

Por otra parte, la propuesta de Ancelotti envió a Isco al fondo del almacén. La situación de acompañante de Modric le impidió participar con alegría en el ataque, dejarse ver por el área contraria con el peligro que había enseñado durante el verano y se perdió en su nueva función de organizador. Solo en una rocambolesca jugada apareció en territorio hostil. Entonces regateó en un palmo a su marcador y probó un disparo que entre Roberto y el poste evitaron el que habría sido el segundo gol del partido. Su posición retrasada parece que restará al equipo blanco la opción desequilibrante que echó en falta al final del partido.

En cambio, Di María se concentró en su labor de recuperar un puesto para la discusión de posibles titulares. El argentino se multiplicó en ataque y defensa y su regreso a la banda derecha le proporcionó nuevos momentos para la solicitud de plaza entre los once de salida. Primero sirvió un gol a Cristiano que terminó de rematar Benzema. Después otorgó a Özil una asistencia de gol que invalidó el propio Di María por efectuar un saque con el balón en movimiento. No obstante, y a pesar de su fatiga final, durante todo el primer tiempo el argentino resultó el cuchillo más afilado para atravesar la telaraña local.

El Granada vivió siempre a remolque. Solo en la primera parte logró discutir las propuestas del Madrid porque se agarró a las acciones de El-Arabi. El ariete, que anotó en la primera jornada, fabricó las únicas oportunidades de los rojiblancos pero le faltó contundencia para atacar la mejor oportunidad del encuentro cuando le cayó un balón dentro del área en buena posición. Pero el delantero tardó lo suficiente como para que Arbeloa tocara su débil disparo y Diego López detuviera el sencillo disparo.

Cristiano falla

No obstante, la sorpresa del partido se encarnó en Cristiano Ronaldo. El portugués erró en controles, disparos, saques de falta y remates claros en una noche de mucha entrega y sudor pero con nulo premio personal. De hecho, de haber controlado bien en la jugada del primer gol, habría sido el ‘7’ el autor del tanto y no el entonces avispado Benzema.

La otra situación extraña para el Real Madrid se formó con su incapacidad para decidir el partido con todo a su favor. Después de un primer tiempo de fácil control y con un adversario con escasas condiciones para el cambio el equipo de Ancelotti se descubrió insuficiente para hallar una solución que cerrara el partido a su favor. El equipo de Ancelotti vivió durante la mayor parte del encuentro en tierra de nadie, entre brumas e indecisiones a pesar de la tranquilidad de contar con una victoria provisional desde los primeros diez minutos. No apostaron por la posesión para controlar el balón, ni por los contragolpes que eran letales con Mourinho, ni por un paso adelante para rematar a su rival.

A la hora de los postres los nazaríes soñaron con un empate con un posible penalti sobre Buonannote, un peligroso pase de Piti que salvó Pepe y la aparición firme de Diego López en unos últimos minutos de asedio. No obstante, a pesar de la falta de una personalidad marcada, el Madrid se mostró más como un grupo en construcción que como un náufrago. De momento, mientras Ancelotti encuentro su sitio y el de sus pupilos, el equipo blanco suma dos victorias en partidos oficiales para acumular confianza en un proyecto que da sus primeros pasos.