«La gente básicamente decía: 'Aléjate de mí, tío raro»
Un joven japonés dedica sus horas libres a ayudar a los usuarios del metro de Tokio ataviado con un disfraz de superhéroe
MADRID Actualizado: GuardarSuperman, cuando adquiere su identidad de ciudadano normal, tiene como profesión la de periodista. Batman es un exitoso empresario y Spiderman también se dedica a la rama de la comunicación como fotógrafo. Los Power Rangers, protagonistas de una exitosa serie que triunfó en España en los 90, son cinco superhéroes que se diferencian entre sí por colores. El verde resulta ser un tendero de una frutería y verdulería ecológica.
En realidad, la profesión de este Power Ranger se desconoce en la serie, pero un frutero tokiota ha decidido ser quien encarne a este héroe en la vida real. Tadahiro Kanemadu, un delgado joven de 27 años, lleva más de tres meses ayudando a los demás ataviado como este personaje. Tras acabar su trabajo en la frutería, se desplaza hasta una estación del oeste de la capital nipona que, como ocurre en otros accesos de la ciudad, no cuenta con escaleras mecánicas ni ascensores. El espontáneo superhéroe espera paciente en la puerta con un cartel donde explica su cometido, que es prestar su fuerza para ayudar a ancianos, usuarios que portan grandes maletas o madres con carritos de bebé.
El disfraz facilita
“Los japoneses son reacios a aceptar ayuda, sienten que están en deuda con la otra persona, así que la máscara me ayuda realmente”, explica Tadahiro sobre el porqué de utilizar un disfraz. La idea del personaje al que interpreta se la dieron unos niños que acudían a su establecimiento y que pensaron que el verde era el color perfecto para un héroe verdulero. El traje no es que sea del todo fidedigno con respecto al que se puede ver en la televisión, entre otras razones porque lo compró de rebajas en una tienda de disfraces. Las mallas verdes se complementan con ribetes plateados y una máscara a juego que esconde por completo su rostro.
Desgraciadamente, el joven solo puede emplear dos horas al día para su desinteresado cometido debido a su trabajo, pero espera inspirar a otras personas para que se animen a seguirle. Tadahiro admite lo excéntrico de su actividad: “Cuando comencé, la gente básicamente decía: 'Aléjate de mí, tío raro'. Ahora, todavía piensan que soy raro, pero en un buen sentido”.