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El Ibex salva los 8.500 por la mínima

Cede un 1,79% y encadena dos jornadas de caídas, lastrado por la banca y las constructoras

MADRID Actualizado: Guardar
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Segunda sesión de fuertes descensos en los mercados de renta variable europeos. Y, sobre todo en el Ibex-35, que estuvo a punto de perder los 8.500 puntos. De hecho, durante gran parte de la sesión estuvo por debajo de ese nivel. Al final, los salvó y dio un último cambio en los 8.502,40 puntos, lo que supone un descenso del 1,79%. Hay que estar muy atentos en las próximas sesiones, porque los 8.430 puntos es el nivel en el que Tomás García-Purriños, de Cortal Consors, sitúa el próximo soporte más importante. De perderlo, entra dentro de lo probable que caiga hasta mínimos anuales, hasta los 7.500 puntos, pasando primero por soportes en los 8.200 y en los 8.000 puntos. Hay expertos, como los de Interbrokers, que no creen que baje de los 8.300, porque el mercado está fuerte y las caídas se han producido con muy poco volumen. Según Julián Lirola, de Self Bank, es posible, incluso, que la semana se cierre en tablas, si es que los datos que se publican entre hoy y el viernes acompañan. Aunque será fundamental, además, lo que hoy por la tarde revelen las actas de la última reunión de la Reserva Federal norteamericana. Tendremos que vigilar, por ejemplo, cuántos de sus miembros están a favor de que se mantengan los estímulos y cuántos están en contra, si se utiliza el riesgo de deflación como excusa para apostar porque la Fed siga comprando activos, si se hace mucho hincapié en que sólo se van a disminuir las adquisiciones de deuda… Sin duda, será fundamental. Porque, en gran medida, las últimas caídas responden al miedo a lo que ocurrirá en un mundo sin la Reserva Federal como apoyo. Y, si no, que se lo digan a los mercados emergentes, que parecen casi en caída libre. De hecho, hay quien afirma que están dañando bastante el sentimiento de los inversores.

La banca, de nuevo responsable... Junto a las constructoras

En el selectivo español, las pérdidas ayer volvieron a atacar con especial virulencia a la banca. De hecho fue ella la que explicó en mayor medida el desplome de la Bolsa española. De esta manera, Popular cedió un 4,89%, y Sabadell, un 4,59%. También CaixaBank retrocedió más de un 4%. Entre los peores, además, Bankinter, que se dejó un 3,59%. Los grandes lo hicieron algo mejor. Así, el Santander retrocedió un 2,19% y BBVA, un 1,35%.

Pero el peor de todos los valores del Ibex-35 fue Sacyr Vallehermoso, que perdió un 6,38%, pese a lo cual sus subidas en el año superan el 70%. Otras dos constructoras se colaron entre los peores valores del selectivo: Acciona, que cayó un 4,43%, y OHL, que retrocedió un 3,81%. Otra compañía perdió más de un 3%: ArcelorMittal. Y otra, justo ese porcentaje: Dia.

Ningún valor del indicador se salvó de los descensos. El que mejor se comportó fue Viscofán, que cedió un 0,08%. Sólo otros tres cayeron menos de un punto porcentual: Endesa, Enagás e IAG.

Los grandes valores, pues, terminaron todos ellos en rojo. Repsol, que fue entre ellos el mejor retrocedió un 1,19%, mientras que Iberdrola cayó un 1,32% y Telefónica, un 1,48%.

Fuera del selectivo, Vértice lideró los ascensos, con una revalorización del 23,08%. Le siguió Cementos Portland, con una subida del 16,04%. Fueron los dos únicos valores cuya rentabilidad fue de dos dígitos. En el otro lado de la tabla, Sniace fue el valor más castigado, con un descenso del 10,87%. Fue el único valor con pérdidas superiores a las de Sacyr.

El resto de indicadores europeos no se fueron de rositas, aunque sí es verdad que el Ibex-35 fue el peor de todos. A continuación, el PSI-20 de Lisboa, que retrocedió un 1,77%. El Ftse Mib de Milán y el Cac 40 francés perdieron un 1,41% y un 1,35%, respectivamente. El Dax alemán, por su parte, cedió un 0,79%. El mejor fue el Ftse 100 británico, que perdió un 0,19%.

La prima de riesgo sube

En el mercado de deuda, también deterioro, aunque infinitamente menor al sufrido en la Bolsa. Así, la rentabilidad del bono español a diez años subió desde el 4,42% hasta el 4,47%. La del bono italiano, desde el 4,28% hasta el 4,31%. Ayer el dinero sí fue a la deuda alemana en busca de refugio y, por ello, la rentabilidad del diez años cayó desde el 1,90% hasta el 1,84%. Con ello, la prima de riesgo de la deuda española subió desde los 252 hasta los 263 puntos básicos, mientras que la italiana se amplió desde los 238 hasta los 247 puntos básicos.

De nada sirvió que el Tesoro realizara una nueva emisión de deuda con cierto éxito. Bien es verdad que la subasta fue de Letras, es decir, de títulos a corto plazo. El Tesoro emitió 4.150 millones de euros en Letras, por encima de los 4.000 millones que se había marcado como objetivo máximo. En concreto, vendió 1.340 millones de euros en papel a seis meses. Su rentabilidad cayó desde el 0,958% de la anterior subasta hasta el 0,83%. En el plazo a doce meses, la rentabilidad media bajó desde el 1,503% hasta el 1,253%. La demanda continuó siendo elevada, aunque algo inferior a la de las subastas previas a esos mismos plazos.

Peor lo hizo todavía la prima de riesgo de Grecia, que se amplió desde los 777 puntos básicos hasta los 807, después de que el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, haya reconocido que será inevitable un nuevo rescate para Grecia, aunque descarta una nueva quita a la deuda.

La prima de riesgo de Portugal, mientras, subió desde los 444 hasta los 451 puntos básicos.

Crudo, a la baja, y euro, al alza

En el mercado de materias primas, el barril de Brent cayó por debajo de los 110 dólares. Y el de West Texas puso en peligro el de los 106 dólares. La huida de los activos de riesgo también se cebó con ellos. En cambio, los metales cotizaron al alza. Tanto los industriales, como el cobre, como los preciosos, como el oro. El precio de la onza subió un 0,62%, hasta los 1.374 dólares.

En el de divisas, el euro rompió la barrera de 1,34 unidades. Al cierre de la sesión europea se situaba en 1,3426 unidades de billete verde. La expectativa de reducción de los estímulos en Estados Unidos, junto a la opinión vertida por el Bundesbank en el sentido de que el compromiso de mantener unos tipos de interés bajos no implica que el BCE los suba si la inflación se vuelve amenazante, sin duda ayudaron a que repuntara.

En Estados Unidos, los indicadores intentaban rebotar ligeramente en la apertura de la sesión, sin que hubiera datos macroeconómicos relevantes en los que basar las subidas, más allá de unas buenas referencias de ventas minoristas. También gustaron algunos resultados empresariales, como los de Best Buy. Posiblemente fuera Wall Street quien ayudara al Ibex-35 a mantener los 8.500 puntos.