El deseado pacificador
Ancelotti llega al Madrid sin el peso de una herencia excesivamente exitosa y con el objetivo de volver a unir al madridismo
MADRID Actualizado: GuardarEl Real Madrid es un club que exige al máximo a sus empleados desde el primer minuto que se incorporan a la entidad blanca. Sin embargo, Carlo Ancelotti no podrá quejarse de las condiciones tan favorables en las que ha llegado al banquillo merengue.
Mourinho se lo ha puesto bastante fácil. La Liga entregada al eterno rival en el lejano invierno, una decepcionante eliminación en la semifinal de la Liga de Campeones ante el Dormund y la dolorosa derrota en la final de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid del Santiago Bernabéu. Tres grandes decepciones para una afición que acabó la temporada dividida, obligada a tomar partido por alguna de las partes en los enfrentamientos entre el técnico portugués y algunos componentes de la plantilla.
El italiano ha llegado, por tanto, sin ningún tipo de pesada herencia de éxitos -como la que le dejó, por ejemplo, Jupp Heynckes a Pep Guardiola en el Bayer de Múnich-. Solo la obligación de la añorada 'Décima' le aprieta desde el primer minuto. Pero esa es la presión que cualquier entrenador del Madrid debe soportar sobre sus hombros. Hasta que llegue. Entonces, se pedirá la 'Undécima'.
Además, tiene el apoyo del jefe. Ancelotti es el viejo sueño cumplido de Florentino Pérez. Ha sido el entrenador que el presidente siempre ha tenido en mente, pero se le había resistido hasta ahora. Le considera un gran gestor de plantillas con estrellas, como ha demostrado en su trayectoria en el Milan, Chelsea y París Saint-Germain, con la combinación perfecta entre liderazgo tranquilo y mano izquierda. De hecho, considera que 'Carletto' es el pacificador, el que va a traer la tranquilidad al vestuario después de los últimos tiempos convulsos.
Su disposición a fichar por el Madrid y romper su contrato con el PSG, al que había hecho campeón de la liga francesa 19 años, pese a los esfuerzos por retenerle de los dueños cataríes del conjunto francés y la tentación de sus petrodólares, le han acabado por granjear las simpatías de la ilusionada afición blanca. Ahora, Ancelotti confía en aumentar su larga cosecha de títulos en el que considera "el mejor equipo de la historia".