Monica Lewinsky, la becaria cumplió 40 años

Desde entonces, a Monica, una californiana de hueso ancho –hija de un divorcio tumultoso y de una madre como un espárrago, con botox y mechas oxigenadas– se le ha entristecido la mirada. Cumplidos los 40, ha perdido ese brillo inocentón que tenía al principio, cuando se disculpaba por sus pecados y se comportaba como una debutante reina del baile. Ahora Monica frota y frota, pero la mancha no se va. Porque ella (más culpable, más torpe, menos adulta) no tenía nada que ver con las otras amantes de Clinton. Nunca fue una auténtica dama del rey, tan solo un peón con complejo de Edipo que los enemigos del presidente usaron como un cebo envenenado. .

Tras el proceso (político, judicial y público) escribió unas memorias desmemoriadas por las que cobró un millón y medio de dólares; y a partir de entonces, se dedicó a fracasar. Primero se fue a Nueva York, hizo yoga, diseñó bolsos. Un año después se convirtió en portavoz de unos productos para adelgazar, pero el contrato se canceló antes de tiempo porque miles de franquiciados dijeron que era “indigna” de la marca. En 2003, presentó un 'reality show' donde una soltera tenía que elegir marido entre 12 hombres enmascarados. Pero el programa desapareció de repente.Más información en mujerhoy.com