MUNDIALES DE ATLETISMO

El triunfo más corto de Bolt

El jamaicano logra su segundo título en los 100 metros con una excelente marca (9.77) para una final lluviosa y con viento en contra

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El peligro de los genios es que acostumbran a la genialidad. Usain Bolt, el atleta que ha devorado el atletismo, el hombre que con su calidad y su carisma tapa todo lo que sucede a su alrededor en la pista, no fue capaz de llenar el estadio Luzhniki a pesar de reducir su aforo de 80.000 a 50.000 espectadores. Y hasta su triunfo, su sexta medalla de oro en unos Mundiales, la segunda en los 100 metros, deja algo fría a la gente. Todo lo que no sea acechar su increíble récord del mundo, los 9.58 segundos que ya tienen cuatro años, deja de un poso de decepción. Aunque Bolt, imperturbable, apriete en la recta con esas piernas largas y poderosas, 41 pasos y medio, ante la competencia de Justin Gatlin, plata, un estadounidense incrustado entre cuatro jamaicanos, todos por debajo de los 10 segundos.

Bolt logró un gran triunfo. Solo ha corrido más rápido que en Moscú (9.77) en siete ocasiones. Su marca hubiera sido récord del mundo en 2005. Y logró este notable resultado en una situación poco propicia, en medio de un ambiente distendido, bajo la lluvia y con un ligero viento en contra (-0.3 m/s). El problema de Bolt es que el público siempre espera de él una marca supersónica.

El jamaicano, que muy probablemente saldrá de Moscú con su octavo oro, como su detestado Carl Lewis, cumplió con creces. Primero venció con un buen registro y además aportó ese plus que todo el mundo espera de él, el show de la salida, el show de la llegada. Esta vez, mientras retumbaba la música de Bob Marley en el estadio, bromeó ante la cámara haciendo el gesto de abrir un paraguas durante la presentación, justo después de que Gatlin saludara a todos los rivales, uno por uno.

Otro factor de que este triunfo sí es grandioso es el desenlace. Su salida fue buena y a los 10 metros, donde más voltios utiliza, donde más fuerza hace, ya estaba emparejado con el estadounidense. Gatlin (segundo con 9.85) aguantó hasta el final prácticamente y obligó a Bolt a exprimirse hasta el último metro. Prueba de ello es que esta victoria ha sido la más corta de su historia en una final universal. Porque en los Juegos de Pekín, en 2008, se impuso por dos décimas a Richard Thompson; en el Mundial de Berlín, en 2009, por 13 centésimas a Tyson Gay, y en los Juegos de Londres, por 12 centésimas a Yohan Blake.

Pero Bolt demostró que ha llegado en forma y, aunque quizá no esté como en Berlín, ya dijo antes de viajar a Moscú que su gran reto en esta pista azul es bajar de los 19 segundos en los 200 metros, un reto mayúsculo. Y aún le quedará el relevo corto en el que, visto lo visto, con cuatro jamaicanos entre los cinco primeros, con el bronce de Nesta Carter (9.95), promete ser un paseo.

Bolt, como siempre, eclipsó todo lo que sucedió en el estadio. Desde el triunfo en decatlón de Ashton Eaton (8.809 puntos), primer hombre campeón del mundo de pruebas combinadas en pista cubierta y al aire libre además de oro olímpico, hasta la victoria, otras más, y van tres en Mundiales, de su compatriota Brittney Reese con un salto de 7,01 (+0.2) en longitud. O la quinta medalla de oro en unos Mundiales para la fantástica fondista etíope Tirunesh Dibaba, vencedora con holgura en los 10.000 metros, quien también colecciona tres oros olímpicos. Y el título para Croacia en disco de la mano de Sandra Perkovic (67,99).