«La relación humana más compleja es la de madre-hija»
Durante 30 años, esta fotógrafa argentina ha captado con su cámara la fuerza de los sentimientos
MADRID Actualizado: GuardarA veces se dan las imágenes más hondas y profundas en las situaciones más triviales”, dice Adriana Lestido (Buenos Aires, 1955), mientras toma un café a sorbos pequeños en una terraza del centro de Madrid. La fotógrafa habla en voz baja, no lleva cámara (“En general no hago muchas fotos. No hace falta”) y cuando te mira entorna los ojos con un gesto concentrado, felino, que surca de arrugas su rostro seco. Acaba de llegar de la Antártida y la semana que viene se marcha a Finisterre para continuar con su último trabajo. Dice que lleva unos meses “explorando los confines” y no cuesta imaginársela en la soledad de esos territorios agrestes, buscando algo sutil en un paisaje (una corriente de aire frío, la turbulencia de un géiser...) que diga sobre lo humano mucho más que cualquier verborrea. “Primero surgió la idea de ir a un desierto –cuenta la argentina–, pero la Antártida es el lugar de menos vida posible y tenía necesidad de ir hacia lo blanco, al silencio. Un lugar de muerte”.
Adriana está en Madrid de paso para presentar “Lo que se ve” (Ed. Clave Intelectual), un libro donde condensa en 152 fotos, 30 años de carrera en los que se ha dedicado, precisamente, a captar lo invisible. Un trabajo documental (reconocido con la beca Guggenheim y el premio Mother Jones Foundation, entre otros) cuyo eje central ha sido el amor, la ausencia, la separación... pero también la dificultad para romper el simbólico cordón umbilical que une a madres e hijas. “Cuando empecé quería hacer un trabajo sobre maternidad en general. Busqué a madres adolescentes, luego a las madres presas... Pensaba estar uno o dos años y acabé dedicándole 10. Cuando terminé con las presas mi propósito era fotografiar partos. Pero cayó en mis manos el libro “La buena estrella”, de Amy Tan, y me dije: “El tema son ellas, no busques más”. De hecho, la única foto que rescato de mi época de fotoperiodista es la de la madre y la hija de Plaza de Mayo. Todo lo que trabajé después ya estaba ahí: la intensidad del vínculo madre-hija, el dolor por el hombre ausente... Es el pilar sobre el que se construye todo mi trabajo posterior, pero me di cuenta hace relativamente poco”.(Más información en mujerhoy.com)