Solo CiU se salió de una petición coral de dimisión
Desde el PSOE hasta ERC pidieron a Rajoy que se marchase. Los nacionalistas catalanes evitaron esto, aunque estuvieron lejos de apoyarle
MADRID Actualizado: GuardarMariano Rajoy no encontró ayer la comprensión de nadie en el Congreso. Los partidos minoritarios, salvo CiU, coincidieron en asegurar que el presidente del Ejecutivo llevaba años mintiendo sobre la trama ‘Gürtel’ y el escándalo desatado por Luis Bárcenas y tampoco creyeron sus justificaciones del día. Todos, con más o menos contundencia, se mostraron convencidos de la existencia de una contabilidad B en el PP durante muchos años y del más que posible cobro de sobresueldos en negro por parte de los principales dirigentes del partido. Unos le pidieron al presidente que se marchase y otros, como IU y los portavoces del Grupo Mixto, que convoque de inmediato elecciones anticipadas .
El que llevó el mayor peso de las cargas contra el presidente fue el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien reclamó de manera temprana, en una intervención en la que se ha mostrado especialmente duro y tajante, la dimisión de Rajoy ya que, a su entender, no se ha comportado como el jefe del Ejecutivo de un país que atraviesa una grave crisis sino como el máximo responsable de un partido que "ha crecido, ha vivido y ha ganado elecciones aupado por un sistema de financiación ilegal durante más de 20 años". "Con qué autoridad viene a hablar de corrupción, a pedir a los españoles que no evadan impuestos o pedir esfuerzos a los pensionistas", espetó Rubalcaba, quien acusó a Rajoy de cometer "delitos contra la democracia que no prescriben". "Un presidente no puede amparar ilegalidades, beneficiarse de ellas, ni mentir, ni ningunear al Parlamento ni estar sometido a hipotecas", remarcó.
El socialista inició su intervención recordándole a Rajoy que su comparecencia ante el Congreso no ha sido voluntaria. "Usted, señor Rajoy, por mucho que se empeñe, no ha venido voluntariamente a esta cámara", ha señalado Rubalcaba, quien ha acusado al jefe del Ejecutivo, con su "actitud numantina" al resistirse a dar explicaciones, de "hacer mucho daño a la credibilidad de esta cámara y de sus instituciones" y de "agravar" la crisis política. Ha señalado que el PP, una vez que saltó el caso a los medios de comunicación, respondió con la "más cobarde" de las reacciones y ha argumentado que la credibilidad de Rajoy está en juego.
Los nacionalistas catalanes, pese a no pedir su dimisión, estuvieron muy lejos de apoyarle. Simplemente le dieron el margen de la presunción de inocencia porque, según Josep Antoni Duran Lleida, «no tengo elementos de juicio suficientes para saber si miente o no». El portavoz convergente, además, reconoció que tampoco pide su cese porque cree que a la economía española no le conviene en este momento la inestabilidad.
El grupo con las intervenciones más duras fue la Izquierda Plural. Cayo Lara, que inauguró su discurso con un "no le creemos nada", afeó a Rajoy que compitiese "dopado" con las donaciones de constructores en todas las elecciones, quiso saber "por qué da ánimos a un delincuente", y también le preguntó que «si 48 millones –los que se llevó el extesorero a Suiza– son la sisa, ¿cuánto es el principal» que entregaron los contratistas públicos en negro. Joan Coscubiella, su socio de Iniciativa por Cataluña, levantó las iras de la bancada popular al asegurar que "este país no se merece un presidente corrupt"» y Chesus Yuste, el portavoz de la Chunta Aragonesista, no se privó de lanzarle una andanada de la propia medicina popular al dedicarle el mantra parlamentario de José María Aznar: "Paro, despilfarro y corrupción. Su tiempo se ha acabado, váyase, señor Rajoy".
UPyD, PNV y Grupo Mixto
Rosa Díez, que fue ninguneada por Rajoy y parte de la bancada popular, que no atendieron a prácticamente a pasaje alguno de su intervención, consideró «vergonzoso» su discurso y el hecho de que no le aclarase ninguna de las preguntas sobre el escándalo que le había planteado. «Contesta a los SMS de Bárcenas y no lo hace con una sola pregunta de UPyD. Eso le define», le reprochó. «No ha dicho la verdad –añadió Díez– y tiene que asumir responsabilidades. Los errores políticos graves deben tener como mínimo consecuencias del mismo tamaño».
Prácticamente idéntica reclamación le hizo a Rajoy el portavoz del PNV, Aitor Esteban. Después de dejarle claro que sus argumentos no le parecían muy creíbles, "porque yo no mando mensajes a delincuentes", le advirtió de que "no vale con me he equivocado; en política las equivocaciones tienen que tener consecuencias". En el Grupo Mixto, varios de los portavoces prefirieron atacar al presidente desde la ironía. Alfred Bosch, de ERC, le preguntó cuándo pensaba contestar a la carta en la que Artur Mas le pide una consulta soberanista pactada. "No nos diga que usted no sabe abrir sobres, que no nos lo creemos", añadió. Joan Baldoví, de Compromis, jugó al 007. Se burló de que Rajoy no nombrase hasta ayer al extesorero y le animó a repetir con él: "Bárcenas, Luis Bárcenas".