Costa posa con su medalla de plata. / Efe
natación

Melanie Costa toca el cielo

La nadadora mallorquina conquista la plata en los 400 libres

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Una Melanie Costa imperial, tocada por la varita mágica de la gloria, puso este domingo patas arriba el Palau Sant Jordi. La mallorquina, de 24 años, nadó la carrera de su vida y se colgó la medalla de plata, la primera de la delegación española en las carreras en la piscina.

Melanie besó el cielo, después de pulverizar el récord de España en dos ocasiones en una misma jornada, por la mañana en las series y por la tarde en la final. Consciente de la proeza que había conseguido, no se lo podía ni creer. “¡Subcampeona del mundo!”, exclamó con cara de incredulidad minutos después de salir del agua. “Ha sido increíble, segunda del mundo, esto es lo máximo”, afirmó. Melanie, que es un ejemplo de cómo está de mal estructurado el deporte español, ya que no cuenta con beca del COE ni de la federación española y que subsiste con lo que gana en pruebas internacionales, firmó unos espectaculares cuatro minutos y dos segundos, que incluso para ella sonaron de otra galaxia. “¿4.02? He bajado cuatro segundos mi marca en un día”, se felicitó.

Su carrera fue casi perfecta: le salió redonda tácticamente y las fuerzas respondieron a sus planes. Estos no eran otros que tratar de seguir la estela de la gran favorita, la norteamericana Ledecky, que se había fijado batir el récord del mundo. La mallorquina, que nadaba en la calle 5, junto a la estadounidense, le siguió de cerca, a una distancia prudencial, pero sin cebarse, porque si se pegaba demasiado podía pagarlo al final. La francesa Muffat apretaba desde la tercera posición, pero Melanie había sido invitada a esta fiesta y no estaba dispuesta a perdérsela. “Me he enganchado a ella y me he dicho, no me muevo de ahí”, relató. Para seguir la rueda de Ledecky, que conquistó el oro con la segunda mejor marca de todos los tiempos, bajando de los cuatro minutos, Costa dobló como un reloj suizo. Pasó en 28 segundos el primer largo y los otros siete los nadó en 30 segundos cada uno. Sufrió en el tercer cien, donde apretó los dientes, y en el último hectómetro aguantó la embestida de la neozelandesa Boyle y de la británica Carlin, que acabaron mucho más fuerte e hicieron la prueba en positivo. Tras ganar su medalla, la plata mundial, Melanie seguía en una nube. “Nunca pensé que haría el caminito de la ceremonia de entrega de las medallas, una plata es lo mejor que puedo soñar”, remató.

El resto de la participación española dejó un poco de todo. Mireia no pudo colarse en la final que encumbró a Melanie, pero en cambio sí consiguió clasificarse para la de 200 estilos. La mayor decepción fue para Rafa Muñoz, plusmarquista mundial de los 50 mariposa, que se quedó fuera de la final en su prueba. Salió lento y el cordobés fue noveno, a solo tres centésimas de la octava posición, que daba el billete para la final.

Primeras gestas en el Sant Jordi

Al margen del exitazo de Melanie Costa, que hizo vibrar al Palau Sant Jordi, la primera jornada de las pruebas de la natación deparó momentos de lujo. Sobre todo en la última carrera, la de los relevos del estilo libre. Francia rompió todos los pronósticos y dejó a Estados Unidos con la miel en la boca. Los galos, con Yannick Agnel, Florent Manadou, Fabien Gilot y Jeremy Stravius, fueron capaces de remontar en la última posta, después de que el tercer relevista tocara la pared en cuarta posición. EE UU, que pagó la mala actuación de Ryan Lochte, fue segunda y Rusia, tercera. El otro astro de la tarde fue Sun Yang, que ganó los 400 libres de manera incontestable. No hizo récord del mundo, pero demostró un estado de forma que anuncia un 1.500 espectacular.