El equipo femenino, durante una de sus maniobras bajo el agua./AFP
Mundial de natación | sincronizada

España logra el subcampeonato en la rutina técnica

Las chicas de Esther Jaumà compartien el podio con Rusia (oro) y Ucrania (bronce)

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Dependían de sí mismas y no fallaron. El combinado español de sincronizada conquistó este lunes su tercera medalla de los campeonatos, una plata que sabe a gloria en la rutina técnica por equipos. El siete de siete cada vez está más cerca y España, aunque aún tendrá que sufrir en el agua, porque el cansancio empieza a notarse en las chicas, rema en la buena dirección hacia su objetivo, que no es otros que subirse siete veces al cajón e igualar la gesta que Gemma Mengual, Andrea Fuentes y compañía lograron en Roma 2009.

España tiene ya las tres medallas en las tres disciplinas técnicas -solo, dúo y equipo- y ha completado casi la mitad del campeonato con muy buena nota: dos bronces y una plata. Bien es cierto que China no presentó este lunes equipo a la rutina técnica por grupos, pero eso poco importa ya, porque sus razones tendrán las asiáticas para no incluir a su ocho entre las competidoras. Y si no han acudido es porque consideraban que no estaban en las mejores condiciones. A la plata, por tanto, no se le debe quitar ningún mérito, a pesar de las ausencias. Más aún teniendo en cuenta lo que ha soportado el equipo español este año.

«Seguimos ahí, el año ha sido muy duro, hemos tenido que hacer una transición muy rápida, incorporando chicas nuevas (tres debutantes), así que esta plata no tiene precio», resumió Thais Henríquez, una de las veteranas del equipo, muy consciente de lo que vale este metal y sabedora de lo que les ha costado volver a subirse al cajón. España repitió el ejercicio que diseñó para Londres, como ha hizo en el dúo, y aunque la nota fue bastante peor, un 94,4, frente al 96 de los Juegos en la capital británica, el resultado fue suficiente para derrotar a Ucrania y Canadá, los dos equipos que aspiraban a vencer a las españolas, que nadaron con Txell Mas, Paula Klamburg, Thais Henríquez, Marga Crespí, Ona Carbonell, Alba Cabello, Clara Basiana y Cristina Salvador. España bailó a los sones del Tamacún, una rápida canción mexicana de Rodrigo y Gabriela, pegadiza, que causó sensación en los Juegos y obtuvo el bronce. En esta ocasión sorprendió menos y tuvo menos impacto.

Una vez más, Rusia demostró que está en otra galaxia. Hizo un 96,6, no estuvo superior como en otras ocasiones, pero aun así van sobradas. Y es que incluso se permitieron el lujo de reservar a sus dos mejores nadadoras, Svetlana Romashina y Svetlana Kolesnichenko que podrán administrar sus fuerzas para las pruebas de dúo y solo. Todo lo contrario que Ona Carbonell y Marga Crespí que se están metiendo un paliza tremenda y que a penas pueden dosificar esfuerzos.

España ha superado la primera reválida, las tres rutinas técnicas, y a partir del miércoles (hasta el sábado) encarará las últimas cuatro pruebas, las rutinas libres y el combo, donde las chicas de Esther Jaumà han depositado todas sus esperanzas. «Es nuestro fuerte y vamos a sorprender», advirtió Thais Henríquez. El riesgo está en que las españolas puedan acusar el cansancio. Sobre todo Ona Carbonell, que por la mañana nadó en las eliminatorias del dúo libre y que no pudo con la china, que ya le derrotó en la rutina técnica. La barcelonesa se clasificó a la final con la tercera puntuación, por detrás de Svetlana Romashina y Xuechen Huang.