automoción

Las ayudas del PIMA Aire impulsan la venta de vehículos comerciales

En junio se matricularon un 22,5% de unidades más que en el mismo mes del pasado año

MADRID Actualizado: Guardar
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Al igual que el PIVE 2 en el caso de los turismos y todoterrenos, el plan PIMA Aire está siendo el sostén de las ventas de comerciales. Por tercer mes consecutivo, las matriculaciones de este tipo de vehículos ha aumentado en términos interanuales: junio terminó con un incremento del 22% en unidades vendidas (8.705). Sin embargo, el acumulado del año muestra una caída del 3,7%, con 40.636 vehículos comerciales matriculados. En esta estadística tiene mucho que ver el hecho de que el PIMA Aire no entró efectivamente en vigor hasta el 11 de febrero. Es previsible que conforme avance el año, y hasta que expire la vigencia del plan, las cifras acumuladas tornen hacia signo positivo.

Todos los canales de venta tuvieron un comportamiento positivo en junio, a excepción del de empresas. El canal de alquiladores experimentó un fuerte incremento del 80,5% (2.872 matriculaciones), mientras que el de autónomos creció un 27,4% (2.300 unidades). Por el contrario, el de empresa sufrió un descenso del 5,3% para un total de 3.533 matriculaciones.

El PIMA Aire está dirigido a los autónomos y pymes que quieran cambiar sus flotas de furgonetas y vehículos comerciales de hasta 3.500 kilos. El programa -dotado con 38 millones de euros- se extenderá hasta el 31 de diciembre, o hasta que se agote el presupuesto. Para los vehículos de hasta 2.500 kilos la ayuda del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente asciende a 1.000 euros, a los que habrá que añadir otros 1.000 (al menos) por parte del fabricante. Los que pesen entre 2.500 y 3.500 kilos recibirán una subvención gubernamental de 2.000 euros, más la del fabricante.

“El PIMA Aire está siendo, sin duda, el amortiguador que soporta el mercado de vehículos comerciales”, a juicio de las organizaciones de fabricantes, vendedores y concesionarios. Eso sí, lamentan que “aún existe una importante falta de actividad económica en España que, junto a la falta de crédito, acentúa la desconfianza del consumidor haciendo más vulnerables a los usuarios de este tipo de vehículos”.