Jesé, de rebote, conduce a España a cuartos
La selección de Lopetegui, a remolque desde el principio y sin brillo, sufrió ante la defensa y el contragolpe de México, que perdonó en el primer tiempo
Actualizado: GuardarNo podía ser otro. Con un gol de rebote en el último minuto, Jesé, autor ya de cinco tantos en el Mundial sub-20, fue el encargado de llevar a España a los cuartos de final del Mundial sub-20. Desactivada la perla canaria de la cantera del Real Madrid durante prácticamente todo el partido, tanto por la banda izqquierda como por la derecha, y cuando el encuentro ya olía a prórroga irremediable, Jesé sacó petróleo de una jugada individual, en la que buscó la diagonal y el disparo y tuvo la suerte de los campeones. Su remate con la derecha, que no fue nada bueno, pegó en un defensa y se lo tragó el portero mexicano. España certificaba así una sufrida remontada en su primer duelo a vida o muerte, con fortuna en el lance definitivo pero merecida por su reacción y su fútbol tras haber sido superada claramente por México en el primer tiempo. En cuanto tuvo el balón y dio un paso al frente, España, aunque sin la brillantez de anteriores encuentros, mostró una cara muy distinta a la del período inicial y tuvo recompensa a su ambición.
Esta España favorita para proclamarse campeona del mundo en Turquía, 14 años después del título conseguido por la selección juvenil liderada por Casillas y Xavi, tenía prohibido fallar en la primera eliminatoria directa, pero padeció lo indecible ante un rival que pasó casi de milagro a octavos y a punto estuvo de provocar que la selección se pegase un buen batacazo. España estuvo eliminada durante casi una hora y cuarto y tuvo fortuna de no encajar un gol más en la primera media hora, porque lo evitaron, de forma consecutiva, el larguero y el portero Sotres, pero cuando hubo que dar la cara, sacar a relucir el orgullo, dar un golpe de autoridad y provocar verdadero miedo en el rival, respondió y fue premiada en el último momento con un guiño del destino.
Probablemente, en una prórroga España también hubiese triunfado, porque México, después de tanto esfuerzo defensivo y ya no tan fiable con su cerrojo, estaba muy tocada física y moralmente, pero no fue necesario el tiempo añadido. Para eso dispone este equipo de uno de los futbolistas más deslumbrantes y prometedores que se han visto últimamente en el fútbol español. El desequilibrante Jesé, que aunque fue anulado por el sistema defensivo de México, al igual que la otra estrella de la selección, el azulgrana Deulofeu, apareció, como los grandes, en el momento de la verdad. En esta ocasión, con la ayuda inestimada de un central que desvío la trayectoria de ese disparo que parecía no tener ningún peligro, pero que Jesé lanzó por si sonaba la flauta. Y, afortunadamente para España, sonó, sin necesidad de un esfuerzo físico mayor.
España ya ha aprendido a padecer en este Mundial en el que continúa invicta, y eso es otra buena noticia para la selección de Julen Lopetegui, que al igual que la de Vicente del Bosque dos días antes, encajó un gol a los dos minutos y ya tuvo que remar todo el encuentro contracorriente. Dando una pobre imagen en la primera parte ante un equipo mexicano que desactivó a las estrellas españolas e impidió que España tuviese profundidad. Con su presión, su actitud defensiva y al contragolpe, España se encontró sin recursos ofensivos, porque a pesar de la claridad de ideas y la clase de Óliver Torres como organizador, Jesé y Deulofeu estaban desaparecidos y México se comportó como un enemigo de alto nivel en toda la primera parte. Sin embargo, como suele ocurrir tantísimas veces, quien perdona lo acaba pagando. Así le ocurrió a la selección azteca, que fue mucho mejor que la española durante 45 minutos pero fue incapaz de sobrevivir ante el riesgo que tomó Lopetegui con el cambio de Suso por Puerto y, sobre todo, a causa de sus errores atrás. También en la acción a balón parado del empate.
Fue el oportunismo del también canterano madridista Derik, y el descaro de Jesé, el que propició que España se haya situado ya, aunque es un objetivo pobre para su indiscutible talento y calidad, entre los ocho mejores países en la categoría, pero la defensa mexicana también aportó lo suyo, cuando hasta los últimos minutos había sido su principal baluarte para soñar con los cuartos. España jugó su peor partido en lo que lleva de Mundial, pero a la recta final llegó mucho más entera y concentrada. Se olvidó de su precipitación de la primera mitad y apostó por lo que mejor sabe: jugar. Aunque México impidió que su fútbol destacase.