Bruce Springsteen: «No salimos a pasar el rato, sino a tocar el mejor concierto jamás tocado»
El próximo año celebra sus bodas de plata sobre los escenarios con el mismo espíritu creativo y gusto por el directo de sus inicios en Asbury Park
GIJÓN Actualizado: GuardarBruce Springsteen vela armas en San Sebastián. Y mientras, sus palabras vuelven a retratar al animal de directo que derrocha fuerza cada vez que se sube a un escenario. Poco importa que el próximo año cumpla sus bodas de oro con la escena. El espíritu de Asbury Park sigue vivo y así lo confiesa en una entrevista en la edición estadounidense de la revista 'Rolling Stone'. En ella, responde a David Fricke sobre los interrogantes de su gira, de su música, de su apetito por seguir tocando y componiendo. Realizada durante sus conciertos en Padua y Milán, retrata a un tipo de 63 años que no ha perdido un ápice de su amor incondicional por la música. «Estamos aquí para hacer un show que se sienta como si esta noche fuera la más grande que jamás hemos tocado. Es un código de honor entre colegas. No salimos a escena a pasar el rato», afirma.
Conciertos muy por encima de las tres horas de duración, diferentes casi de principio a fin y en los que improvisa permanentemente en función de lo que el público ordene corroboran sus palabras. Y esos 50 años de música en directo y una banda engrasada al milímetro le dan las tablas suficientes para poder tocar más de un centenar de canciones diferentes sin despeinarse. Porque la música es su vida. Tocarla y componerla. «Esto es un apetito, es como respirar, no es algo forzado, no lo entiendo como un trabajo, sino como una aventura. Siempre estoy buscando la próxima línea, la próxima canción», afirma.
Incide Springsteen en esta larga entrevista en esa necesidad de contar historias. «No me imagino no haciendo esto. Para mí es una fuerza vital primaria. Cuando vuelvo a casa después de una gira, me pregunto qué historia necesita ser contada, qué puedo yo decirle a un chico de 15 años a un anciano de 70».
Ese trabajo continuo ha dado ya sus frutos. «Tengo un montón de material», dice, en referencia a un posible nuevo álbum tras 'Wrecking Ball'. De hecho, Springsteen y su banda ya se metieron en el estudio a grabar en Sidney durante su gira australiana, cuando Steve Van Zandt había dejado la banda para grabar su serie de televisión y les acompañaba Tom Morello. «Nunca habíamos grabado durante una gira», explica el músico de New Jersey. Cuando concluya el tour será momento de descansar y volver al estudio y continuar un trabajo con la E Street Band que el 'Jefe' considera especialmente productivo e interesante. «Estos han sido los mejores diez o doce años que hemos tenido jamás», afirma.
Considera Bruce que es necesario continuar trabajando para ofrecer cosas nuevas a sus fans. Y así lo hace. «Hay dos cosas que debes tener muy presente: tienes que continuar escribiendo bien y comprometido con los asuntos del día a día y tienes que seguir haciendo discos buenos y relevantes». No se puede vivir del pasado. «Hay que hacer álbumes que interesen, que tengan algo nuevo, que sean necesarios para el público».
En esa perpetua aventura musical, Springsteen tiene en Europa un aliado aún más potente que su país. Sus giras a este lado del charco son siempre multitudinarias, largas, exitosas hasta el límite. Hay razones para ello. «La recepción del público europeo es fascinante», confiesa en Italia, país en el que reposan los orígenes católicos de su familia materna. Y aún dice más: «Hay una apertura emocional que no es común en los Estados Unidos». Pese a que la banda está compuesta por músicos norteamericanos, en Europa se les escucha con otros oídos. «Tenemos públicos muy generosos, que están interesados en las ideas de las que hablamos, quizá lo entienden como algo exótico», afirma Springsteen, para quien los europeos están más concienciados políticamente.
Al margen de dónde, está con quién. Y en este punto los conciertos de Springsteen y la E Street Band tienen dos ausencias destacadas: las de Danny Federici y Clarence Clemons. Sobre el segundo habla también Springsteen: «Tienes que recordarlo y al mismo tiempo reconstruir». Habla de la banda, a la que se ha incorporado Jake, el sobrino del mítico saxofonista. «Nos ha permitido continuar con el legado de Clarence», afirma el Boss, quien, por cierto, destaca la importancia de la sección de viento en esta gira.
Entre recuerdos a aquellos inicios tocando en las playas de Nueva Jersey con solo 14 años y en escenarios dispares hasta que consiguió grabar su primer álbum, transcurren las palabras del 'Boss', que incide siempre una y otra vez en la magia de subirse a un escenario: «Las actuaciones en directo son una herramienta para rejuvenecer, mantienen la música viva, vibrante, presente, tiene un inmenso valor, no se puede subestimar ese poder».