Tres españoles de la red de Ceuta cometieron atentados suicidas en Siria
El juez Ismael Moreno envía a prisión a los ocho detenidos en la 'operación Duna' y alerta de los llamamientos a hacer la "yihad en España"
MADRID Actualizado: GuardarEl juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha ordenado el ingreso en prisión incondicional para las ocho personas detenidas el pasado viernes en Ceuta. Les acusa de pertenencia a organizacion terrorista y a uno de ellos, además, de dos delitos de tenencia ilícita de armas.
Segun el juez, los ocho encarcelados pertenecen a una estructura con conexiones internacionales que se dedica a captar y enviar muyahidines a Siria para hacer la yihad integrándose en organizaciones terroristas e inmolándose. Al menos cinco de las personas enviadas a Siria, tres de ellos españoles y dos marroquíes residentes en Ceuta, habrían muerto en atentados suicidas, acciones que habrían producido un efecto llamada entre los integristas de Ceuta.
"Toda esta operativa de envios es organizada, financiada y facilitada" por los acusados, alguno de los cuales tenía intención de viajar a Siria en breve, asegura el magistrado en uno de los autos de prisión.
Según los autos del juez, los miembros de esta red pertenecen a una estructura con conexiones internacionales, en Marruecos, Bélgica, Turquía y Siria, que se dedicaba a captar y enviar muyahidines a Siria para hacer la Yihad, "integrándose en organizaciones terroristas e inmolándose".
Esta organización, que estaría "dando cobertura a grupos terroristas" como el Frente Jabhat Al Nusra, considerado el brazo armado de Al Qaeda en Siria, o el Estado Islámico Iraq (EII), "habría conseguido enviar -al menos- seis grupos de varones, españoles y marroquíes, desde España a Siria".
Aunque la red se dedicaba solo a captar muyahidines para enviarlos a zonas en conflicto, Moreno destaca también que "cada vez son mayores las referencias a realizar 'la Yihad en casa'".
La labor de los ocho detenidos en esta operación conjunta de la Policía y la Guardia Civil era fundamentalmente la captación de jóvenes, "coordinándose con los 'facilitadores' de Siria" para que aprobaran la salida de los nuevos "voluntarios".
Después, realizaban los preparativos necesarios para que, desde Ceuta o Marruecos, pudieran viajar a ciudades de Turquía fronterizas con Siria, donde un "pasador" les ayudaba a cruzar a ese país para ser trasladados a un campo de entrenamiento.
Allí, "parte de ellos son utilizados como terroristas suicidas, mientras otros son preparados para insertarse en comandos que ejecutarán acciones terroristas", indica el juez.
Vídeo de un atentado
El Ministerio del Interior difundió este fin de semana un vídeo que probaría como uno de los cincuenta yihadistas enviados por esta red a Siria -una decena de ellos desde Ceuta- fue el responsable de la muerte de 130 personas en un atentado suicida contra el campamento militar de Al Nairab, el 1 de junio de 2012.
Se trataría de Rachid Wahbi, un taxista ceutí de origen marroquí y de 33 años, que viajó a Siria con ayuda de la red desarticulada para combatir en las filas de Al Qaeda contra el régimen de Bachar Al Asad y acabó empotrando contra un cuartel el camión bomba que conducía.
La red desmantelada tenía dos bases de actuación, una en Ceuta -desde la que salieron una decena de yihadistas, entre ellos un menor- y otra en Marruecos.
Los integrantes de la red cruzaban continuamente la frontera entre Ceuta y Marruecos tanto para captar, reclutar y enviar yihadistas a Siria como para informar a sus familias de su situación en los campos de entrenamiento o de los fallecimientos, ya que si alguno moría en un atentado, como así consta en la investigación, se les entregaba a sus familiares el llamado testamento yihadista.
Con esta operación, se ha detectado también el "claro interés de Al Qaeda" por conseguir que muchos de sus militantes puedan regresar a sus países de origen (de donde salieron para combatir en zonas en conflicto) con el objeto de realizar en ellos "la yihad individual" como "lobos solitarios", por lo que también se ha podido "neutralizar" esa amenaza, según explicó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz tras las detenciones.