crisis financiera

La banca asegura que las cláusulas suelo son «claramente beneficiosas»

El presidente de la Asociación Española de Banca asegura que uno de cada dos euros de las ayudas a las cajas ya se han perdido del todo

SANTANDER Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Catorce entidades financieras españolas en crisis -la mayoría cajas- han recibido ayudas por 75.352 millones de euros a través del FROB, del Fondo de Garantía de Depósitos y del MEDE (fondos europeos). De ellos, ya se han materializado pérdidas por 31.959 millones y 8.083 millones son las esperadas en los esquemas de protección de activos en un escenario moderado.

Por lo tanto, ya hay que dar por perdidos más de 40.000 millones de euros, según los cálculos de la Asociación Española de Banca (AEB), lo que significa que uno de cada dos euros que se dieron para salvar al sector financiero nunca se recuperarán. Pero tampoco de los 39.078 millones aportados por el MEDE las expectativas son mejores: se han perdido los 4.500 millones inyectados en Banco de Valencia y los 245 millones del Banco Gallego y Eurostat obligó a España a computar como déficit el importe total -aunque no se tuvo en cuenta a efectos de cumplimiento del objetivo de déficit-.

El presidente de la AEB, Miguel Martín, ha explicado este jueves en Santander que las entidades “fallidas” se identificaron rápidamente y que “todas las inyecciones de capital del FROB1 y FROB2 se han materializado en pérdidas”. La exposición del presidente de la AEB traslucía una dura crítica a las actuaciones del Gobierno (anterior y actual) por falta de decisión para atajar el problema desde el principio: “El paso del tiempo no arregla los problemas, sino que incrementa las necesidades de las entidades fallidas porque están mal diseñadas”.

Fuentes de la banca señalan que deberían haberse vendido las entidades nacionalizadas hace años y advierten que pueden tener que necesitar más dinero aún, como ha ocurrido desde las primeras inyecciones de dinero público. Hace unos días, el ministro de Economía, Luis de Guindos, mostró su esperanza de ganar dinero con la venta de las entidades nacionalizadas, como Catalunya Banc o NCG Banco. Martín lo recordó con cierta ironía pero recuperó las formas políticamente correctas y matizó: “Es una empresa difícil, pero no imposible” .

Martín acudía al seminario organizado por la UIMP y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) con el objetivo de dejar claro que los bancos habían colaborado en el saneamiento del sector financiero. Expuso que, de los 31.959 millones de pérdidas ya materializadas, 15.606 millones los asume el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) -que se nutre con las cuotas de los bancos y las cajas- y 16.353 millones los ha puesto el FROB (dinero público). Pero de las pérdidas que se esperan por los esquemas de protección de activos (EPA), 7.583 caerán sobre el FGD y 500 sobre el FROB. “Vamos al 50%” la banca y los contribuyentes, puntualizó el presidente de la patronal bancaria.

Coste para los bancos

En concreto, a los bancos les ha “costado” 10.982 millones de euros, además de aportar 963 millones en el FGD de liquidez preferente para las cajas de ahorro y 1.532 millones aportados a la Sareb. El coste para las cajas ha sido de 10.056 millones y para las cooperativas 2.152 millones, en lo que se refiere a pérdidas materializadas y esperadas, según los datos de la AEB.

Hay un colectivo concreto que sufre más que ninguno la crisis de las entidades financieras nacionalizadas, los titulares de participaciones preferentes. Martín cuantificó en 12.727 millones su aportación al saneamiento de las entidades fallidas, es decir, lo que van a perder.

Pero el presidente de la patronal bancaria no solo defendió que la crisis financiera le está costando a la banca tanto como a los contribuyentes, sino que sobre el último problema surgido en el sector -las cláusulas suelo en las hipotecas-, Miguel Martín aseguró que son “claramente beneficiosas” para la sociedad y para el cliente porque son un “mecanismo de protección de la variabilidad de los tipos de interés”. Incluso se escudó en que el informe del Banco de España remitido a petición del Senado en 2010 las calificó de “gran invento”. Insistió en que el Tribunal Supremo no ha dicho que fueran un producto fraudulento, sino que habían sido mal comercializadas. Y dejó abierta la puerta a que cada banco “actúe como le convenga”.

La denuncia de mala comercialización recuerda demasiado a la de las preferentes. Y la solución en los bancos puede ser similar, según su portavoz. “Lo habrán hecho bien (la comercialización de las cláusulas suelo) o se anticiparán (a resolver el problema). La banca arregló todos los temas de las preferentes con sus clientes, no se lo tuvo que decir ningún tribunal, lo arregló antes”.

Los bancos se lamentan de la mala imagen pública que tienen y de que no se les reconozca que “trabajan en beneficio del cliente”, pero los casos de las preferentes, las cláusulas suelo y los juicios en los que diversos banqueros se ven envueltos son causas que explican por sí solas esa pérdida de reputación. Precisamente sobre Miguel Blesa, encausado en estos momentos por la venta del banco de Florida de Caja Madrid, el presidente de la AEB comentó: “Trabajó a mis órdenes y no aprendió lo que yo quise (enseñarle)”.