Los privilegios del monje

Desde la antigüedad el pueblo llano y laico ha criticado con mayor o menor virulencia los privilegios y la ostentación de riquezas que hacen desde los más humildes monjes a los sumos sacerdotes. 'Hablan como dioses y viven con reyes', clamaban las pleves contra represantes del Sumo Hacedor vestidos de oropeles y finas sedas, mientras que la miseria, el hambre y las plagas hacían mella en el populacho.

Algo así debieron sentir los seguidores del budismo que estos días asisten anonadados al ver cómo uno de sus monjes -ejemplos vivos de la austeridad- disfruta de los placeres de la vida mundana. YouTube ofrece un vídeo en el que puede verse a tres monjes budistas tailandeses, a punto de despegar, acomodados en las poltronas de piel de un jet privado.

Más de 200.000 internautas han podido comprobar cómo, con botellas que presuntamente contienen agua mineral, estos monjes disfrutan de todo un ajuar de complementos de lujo, dignos de cualquier casa real que guste surcar con sus yates y veleros la Costa Azul. El autor del vídeo hace un 'barrido' por la cabina y, tras grabar a los pilotos, filma a un religioso ataviado con su tradicional túnica naranja que mira ilusionado por la ventanilla, junto a lo que aparece un bolso de la exclusiva marca de Louis Vuitton, presuntamente auténtico.

Fotogramas después se vislumbra a otro religioso acomodado en una butaca al fondo del aparato y, en primer plano, un monje con unas gafas del sol dignas de cuanlquier interprete de 'reggaeton' o rapero que aspire a interpretar la canción del verano. Este individuo guarda bajo su túnica lo que podría bien ser un reproductor de sonido o un 'smartphone' de última generación, antes que quitarse el 'antifaz' dorado que cubre sus ojos. El pobre tiene que restregárselos, tal vez por que la luz le molesta o porque no está acostumbrado a llevar las lentes ahumadas.

Según ha explicado la Oficina Nacional del Budismo de Tailandia, ese comportamiento "otentoso" ya ha recibido su amonestación. Además, ha precisado que uno de los monjes se excusó justificando que el avión se lo había dejado uno de sus fieles para viajar desde Bangkok hasta monasterio en Si Sa Ket.