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El Gobierno pone orden en la política exterior
El Consejo de Ministros aprueba la ley que debe armonizar y evitar duplicidades en la acción internacional de las instituciones y organismos públicos.
MADRID Actualizado: GuardarEl Consejo de Ministros ha aprobado hoy el proyecto de Ley de Acción Exterior a través de la cual el Gobierno pretende unificar bajo la batuta del departamento dirigido por José Manuel García-Margallo la acción internacional de todas las instituciones del Estado, desde el propio Gobierno y los distintos ministerios, a la Corona, el Congreso o las comunidades autónomas y los Ayuntamientos.
Según el texto, que ahora será remitido a las cortes para su tramitación parlamentaria y posterior aprobación, las comunidades autónomas mantendrán la facultad de abrir oficinas en el extranjero aunque antes deberán solicitar un informe al Ministerio de Hacienda sobre su viabilidad, que en ningún caso será vinculante. En este sentido los viajes al exterior realizados por presidentes regionales y otros cargos deberán ser notificados con antelación a Exteriores. Según el Ministerio, esta medida, lejos de querer controlar la acción de los responsables autonómicos, tiene como objetivo el disponer de tiempo para poner a su disposición la infraestructura del Estado en el lugar de destino y poder realizar recomendaciones sobre el viaje que deberán ser motivadas.
El ministro defendió que el objetivo de esta ley es lograr la integración de los distintos sujetos que protagonizan la acción exterior a la vez de establecer principios de eficiencia y ahorro. “Se trata de tener una orquesta y no un conjunto de solistas desafinados”, ha explicado de forma gráfica García-Margallo.
La ley establece que cada cuatro años se establecerá una estrategia conjunta que se elaborará como política de consenso y que para esta primera ocasión se ha encargado ya su elaboración al Real Instituto Elcano, un órgano, ha destacado el ministro, en el que gozan de representación todas las fuerzas políticas.
La norma ve la luz tras un espinoso proceso de negociación que ha llevado a elaborar casi cuatro decenas de borradores. Curiosamente la mayor oposición que ha encontrado la ley ha venido desde dentro del propio Gobierno ya que, según ha reconocido durante los últimos meses García-Margallo el corporativismo de los propios ministerios a la hora de defender su autonomía internacional ha supuesto un gran obstáculo vencer. La ley de Acción Exterior se trata, ha concluido el ministro, de “un proyecto de país y nación”.