
El pulso soberanista se convierte en un juego de cartas
Independentistas, españolistas y autonomistas se transforman en sujetos activos del proceso con 'La Puta i la Ramoneta'
MADRID Actualizado: GuardarLos medios de comunicación están llenos de noticias sobre el órdago soberanista lanzado por el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, al Estado central. Independentistas, centralistas o federalistas asisten al debate desencadenado en las instancias políticas sin posibilidad de participar, más allá de su cita con las urnas cada cuatro años. Hasta ahora... La empresa Catalan Games, creada por dos jóvenes emprendedores de Igualada, los convierte en sujetos activos del proceso con 'La Puta i la Ramoneta', un juego de cartas que satiriza el pulso político.
En 'La Puta i la Ramoneta' cada jugador adopta un rol político. El independentista debe sumar puntos en favor de la independencia, el españolista ha de restar puntos a Cataluña y el autonomista, por su parte, tendrá que trabajar en favor del empate entre ambos bandos para mantener el 'status quo'. Habilidad y picardía son los dos ingredientes esenciales para llevarse el gato al agua en este juego de sumas y restas en el que desempeña un papel fundamental la habilidad para tejer alianzas y negociar, tal y como ocurre en la realidad. Entre ronda y ronda, cualquier cosa puede pasar, como que salte a la luz pública un caso de corrupción.
'La Puta i la Ramoneta' está concebido para que participen entre tres y seis jugadores divididos en los tres bandos anteriormente mencionados: independentistas, españolistas y autonomistas. Sobre el tablero, 48 cartas políticas, 16 cartas de acción y siete cartas de influencia. Hay también doce cartas de hechos políticos para tancar ronda. Con ellas, cada participante podrá negociar, es decir, hacer la Puta, o engañar o prevenir el engaño, esto es, hacer la Ramoneta.
El objetivo del juego, lanzado al mercado a través de un proyecto de micro-mecenazgo en la plataforma digital Verkami.com, es pegarse unas risas a costa de un debate que todos los bandos se toman muy en serio. La suerte está echada.